lunes, 24 de abril de 2006

New York New York...Madrid Madrid

Mis compañeros de blog ya lo saben. Soy un albaceteño adoptado por Madrid. Mi caso es típico de la capital, acogedora desde hace siglos, no sólo es capital de un país, o nación, o patio de patios, sino capital de humanidad, tiene su capital humano, su toque romántico. Tiene ese punto, ese valor añadido que sólo algunas urbes atesoran.

Y es que andaba yo el sábado noche por Hardvardcete, también conocida como la Nueva York de la Mancha (no me preguntéis, así sale en el Trivial, así que va a misa), de juerga por un pub llamado el Cotton Club, como sabéis hay una peli mítica sobre dicho club en Harlem. Eran ya las tantas, y como otras noches, sonó en el local la penúltima mientras se encendían las luces, que ya tocaba y la poli te pega el multazo como el pub sobrepase los límites. Era el New York de Sinatra. Tan tan tananana nan...Jo, y encima llovía en el exterior.

Comentamos Pedro y yo mientras nos calábamos esperando a que saliera el resto de la trouppe para dirigirnos al CrossRoads, que vaya ganas las de Gene Kelly, eso de cantar bajo la lluvia...Jopé, pero es que estaba en Nueva York, me dijo él, ahí bailas y cantas bajo la lluvia, y lo que se tercie.

Algunas ciudades tienen su encanto, como Madrid, por ejemplo. Es normal que Pedro me dijera eso, es arquitecto y amante de las ciudades y el arte. Bueno, aparte, hace poco se pasó por los madriles y le encandiló una palentina. Ains, el amour y la urbe, qué buena combinación.

Madrid tiene eso y más. De Madrid al cielo, dijo alguno, Madrid verde, comentan otros, Madrid zanja, Madrid Simancas, org, Madrid Faraón, la Madrid de la Esperanza, la Madrid de los museos, de la movida, de la playa que no está, del sueldo que no lega o del amor que amanece.

Opá, yo voy hacer un corrá, pa esas perdices, y esos pajarillos.

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