jueves, 26 de abril de 2007

La campaña de Sebastián


Raudo y veloz ha acudido esta mañana el candidato socialista a la alcaldía de Madrid cuando le han avisado de la monumental catarata que inundaba los túneles recientemente inaugurados de la M-30. Incluso ha suspendido el acto que tenía previsto para presenciar la catástrofe que asolaba Madrid esta mañana.

Para los socialistas todo se debe a un problema de "precipitación", por tratar de adelantar el estreno de la obra más importante llevada a cabo por el Consistorio madrileño durante esta legislatura. Según sus propias palabras, los túneles se convertirán en ríos subterráneos, quedarán anegados por las aguas debido a las prisas con las que se han ejecutado las obras para ser inauguradas en los plazos acordados. Y todo, debido a las "cuatro gotas" que, según Simancas, han caído sobre la capital durante estos días (no sé en qué condiciones tiene este otro candidato su apreciación de las medidas, a mi juicio claramente mejorable).

Seamos serios, señores, en la medida de lo posible. Ni en Madrid han caído cuatro gotas, ni los túneles están mal hechos y se van a convertir en caudalosos ríos navegables, ni los candidatos socialistas están en las mejores condiciones para denunciar un hecho ocasionado por la avería en un colector cercano. La catarata de agua ha sido controlada, no ha originado víctimas y se trata de un incidente que se puede considerar normal si hubiera ocurrido en cualquier otro lugar, pero claro se trataba de poner en jaque la obra de soterramiento de la M-30.

Por otra parte, no recuerdo yo tanta rapidez a la hora de acudir a la T-4 que saltó por los aires por obra de los asesinos etarras, entonces el provecho electoral y el oportunismo político aconsejaban la prudencia a la hora de actuar.

Me parece lamentable que, mientras los candidatos socialistas nos martillean con eso de atender a los problemas reales de los ciudadanos no dejen de regodearse con la miseria y traten de aprovecharse de accidentes (esto sí lo es, no se puede llamar así a un atentado terrorista). Además, el caso de Sebastián es aún más grave. Después de lo que hemos conocido esta semana sobre sus prácticas al frente de la oficina económica de Moncloa, se sigue dedicando a sacar pecho adivinado quién sustituirá a Manuel Conthe al frente de la CNMV en lugar de dar explicaciones sobre su propia actuación, por lo visto tiene que cuidar de su chiringuito para millonarios progres, por supuesto.

Empezó mal el candidato pero, vistas sus últimas actuaciones, lo está empeorando. Eso sí, sin bajarse del tranvía.

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