sábado, 26 de mayo de 2007

El Antigallardon (Londres tambien necesita otro Gallardon)

Lawrence me remite el tercer texto de su tour europeo (Edinburgo, Bruselas).

Quería añadir yo unos apuntes primeramente como colofón a esta legislatura. Está cantado mañana vencerá el actual alcalde a ese pseudo candidato impuesto a dedo por Zapatero y algunos lo votaremos, pero no quita pidamos mejoras...

1. Hace meses se eliminó por fin la trinchera alcalde-presidenta. A mí me fastidió bastante la que se montó sobre todo con declaraciones sueltas de Gallardón o la campaña interna de Cobo. Por supuesto, Espe también colaboró en la refriega, aunque yo no me voy a encargar de criticarla esta vez porque sabéis la adoro.

La "paz" ha supuesto una tercera vía para el escaparate del Partido Popular, una eclosión de resultados en Madrid que son fruto de una gran gestión y que van a dar un gran empujón al PP de cara a las generales porque recogen votos tanto de palomas como halcones (jeje). El modelo Gallardón-Esperanza asombra ya a muchos, y duele a los contrarios porque ha sido un enorme revulsivo para Madrid.

Se puede explotar mucho más, y eso se conseguirá alargando esta inteligente coexistencia.

2. El endeudamientoooo y la carga impositiva. Muchos críticos con Gallardón hemos pasado a un estadio de cierto aplauso debido a la buena gestión y la gran obra que ha supuesto la m30. Pero aceptamos la deuda contraida por indispensable para Madrid esta obra, con la condición de que la tendencia a la deuda no continue. Indispensables de palabra hay muchos, pero en realidad son menos. El gasto desaforado ya sabemos a lo que lleva, y pienso los gestores del equipo gallardonita lo saben. Espero ahora se aprieten el cinturón y se promueva el ahorro. Vamos a crecer y habrá más fondos para remozar la ciudad, pero con cabeza, please.

Parquímetros y tasas. El artículo de Lawrence nos muestra lo desastrosa que puede ser una política de acoso impositivo al ciudadano, tanto para el desarrollo de la ciudad como la salud del habitante en la urbe. Te separas del pueblo cuando actuas en su nombre y con su dinero sin pensar en él. Hay que hacerlo a veces, porque se te otorga mandato, pero no olvidar nunca que el ciudadano no quiere dar/perder dinero porque sí.

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Perdonad este largo preámbulo, aquí el artículo de Lawrence sobre London:

Si tuviera que definir las antípodas de Gallardón, si tuviera que definir la ineficiencia, la inutilidad y el pésimo servicio a los ciudadanos las papeletas irían todas a parar a Ken Livingstone, mas conocido como Red Ken, el inefable alcalde de Londres, la extrema izquierda de la política británica.



Londres es sin duda una ciudad particular. Con una renta per cápita en el centro tres veces superior a la Europea -la mayor concentración de riqueza del mundo- la conurbación Londinense es un inmenso océano de infravivienda, slum, calles sucias y descuidadas, torres de council flats en estado de abandono y casuchas miserables en estado de semi-ruina, tan extenso como una provincia. Y un transporte público ineficaz, obsoleto, mugriento e infradimensionado. Esto llama la atención del europeo continental -sobre todo para el madrileño- acostumbrado a calles amplias y pulcras, un sistema de transporte público moderno y eficiente, la grandeur de las avenidas y bulevares, fachadas elegantes y limpias.

Londres es tan inmensa y tiene un sistema viario de tiempos de la Reina Victoria, tan atrasado y unfit for purpose que los londinenses se enfrentan todos los días a larguísimos commutes de horas para desplazarse al centro en unas calles estrechas y culebreras siempre atascadas.

Vds se preguntaran cuál es la respuesta del ejecutivo de izquierdas de Livingstone. ¿Mejorar el transporte público? ¿Hacerlo más barato, extenso y eficiente? No. La respuesta es extorsionar al automovilista -congestion charge (€12), parking tolls (€6/hr)- hasta que coger el coche es un lujo carísimo sólo al alcance de unos pocos privilegiados, y forzar a la gente a utilizar un ruinoso y nauseabundo transporte público tan sucio que no hay día que uno coja el metro y se tope con alguna rata (y no me refiero a ...) en el anden, o tan ineficiente, que no hay semana que cierren una línea y la gente no pueda regresar a sus casas.



A pesar de los cuantiosos ingresos de esta protección siciliana, el transporte público es terriblemente caro. Un billete de metro a la zona 6 cuesta -más o menos, no lo sé con exactitud- más de €10. Un billete en el centro €4 1/2. No sólo eso, el codicioso alcalde, poco contento con tan pingues beneficios, ha sacado una smart card llamada oyster para exprimir más al ciudadano. La publicidad dice que "oyster -ostra- protege el dinero del usuario del mismo modo que la ostra protege a la perla", i.e: las tarifas oyster son mas baratas. Más baratas, no porque hayan bajado los precios a los usuarios de Oyster, no, sino porque han duplicado los precios de las tarifas normales. Menuda forma de proteger el dinero, Dick Turpin o Roldan no lo harían mejor.

El resultado: La vida en Londres es dura. Tan dura, que la clase media británica ha huido despavorida de la capital y nos hemos refugiado en la hermosa campiña inglesa. Hasta el punto que muchas veces se dice que London is Britain no longer. Para vivir en Londres, hay que ser pobre, inmigrante o millonario. O estar de paso.

En suma, dos modelos completamente opuestos:

El modelo de Red Ken: si la infraestructura de transporte está saturada hagámosla más cara, hagámosle la vida imposible al ciudadano para que se vea forzado a quedarse en casa y no pueda utilizarla. Si hay demasiado tráfico, extorsionemos al automovilista para forzarle a coger un transporte público tercermundista.

El modelo de Gallardón y Esperanza Aguirre: si la infrastructura esta saturada mejorémosla. Si el tráfico aumenta, construyamos túneles y autopistas, mejoremos el transporte público para que el usuario pueda elegir con libertad.

Ésa es la diferencia entre dos políticos de centro-derecha dedicados al servicio al ciudadano y otro que se declara de izquierdas, donde "ser de izquierdas" no es mejorar la vida de los trabajadores, sino militar en el antiamericanismo y el antisemitismo.

Piénsenlo a la hora de votar mañana.

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