domingo, 6 de enero de 2008

Paseo por la Bola del Mundo (III)

Habíamos llegado temprano, tanto, que ya las orejas se congelaban en el aparcamiento mientras los ojos me avisaban de que estábamos a seis grados bajo cero. Cafelito en la mítica Venta Arias y "pa" arriba. Por suerte a esas horas no había todavía casi nadie en la montaña, salvo los madrugadores y los esquiadores de fondo que como nosotros aprovechaban para ser los primeros en oradar la blanca nieve.





En realidad se tarda poco en coronar la Bola del Mundo, unos 40/50 minutos, pero puedes complicar un poco la subida si en vez de utilizar la pista forestal que parte del telesillas de Guarramillas hacia la izquierda (ver aquí mapa) giras a la diestra, que es lo que hicimos.



Os aseguro que puedes oler las nubes como en el anuncio, aunque si te dan miedo busca cobijo...



o guíñales el ojo:



La primera parte del recorrido es muy sencillo aunque cansa un pelín porque en la senda, al contrario que por la pista forestal, es muy probable que dos de cada tres pasos tuyos acaben con la rodilla hundida en la nieve como os mostré en el primer post. A no ser claro, que te deslices con los esquíes, entonces vuelas como el Metro.



Estábamos ladeando la montaña y fue entonces cuando por vez primera se alejaban las nubes y pudimos disfrutar más del paisaje, aunque luego volvieron junto con un buen vientecico para refrescarnos la alegría.



Una vez que giramos hacia la izquierda las sendas se ocultaron en un espeso manto de nieve cuando comenzamos a crestear a toda leche porque nos congelábamos. Evidentemente poco tiempo disfrutamos de las buenas vistas de esa mini cumbre. Era pararte a echar una foto y se te paraba hasta el mechero (literal). Al principio continuamos el rastro del esquiador que había desvirgado primero la ruta, pero viendo que por donde hay patrón no manda marinero, tocó sufrir siguiendo de matorral en matorral para amortiguar el peso y no hincar la rodilla en cada paso.












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