Disfrutando de la San Silvestre Vallecana 2009

Una cita obligada en la última noche del año

Escrito el 1 de enero por Miguel Ángel

La noche del 31 de diciembre tiene dos citas ineludibles para los madrileños y para todos aquellos, que cada vez en mayor número, hacen de Madrid su lugar para recibir al nuevo año: la San Silvestre Vallecana y la celebración de la nochevieja en la Puerta del Sol.


Después de mas de diez años participando en la carrera popular, una inoportuna lesión a finales de diciembre me ha obligado a cambiar mi perspectiva de participante por la de espectador de la carrera y mi experiencia de la misma vista desde “fuera” ha sido sin duda muy diferente aunque no por ello peor que la de disfrutar corriendo los diez kilómetros que separan el Santiago Bernabeu de las calles de Vallecas.


La tarde amenaza lluvia y a las 18.00 horas unos sombríos nubarrones son el presagio de una carrera pasada por agua peinada por frías ráfagas de viento. Me ubico junto a la estación de Cercanías de Atocha, justo en el paso de peatones de Alfonso XII, un emplazamiento “estratégico” ya que allí se encuentra el ecuador de la prueba y el primer repecho que los participantes encuentran desde la línea de salida, allí el ritmo de carrera se ralentiza y por ello es más fácil ver a los amigos que participan en la prueba.


Desde las 18.15 comienza el goteo de los primeros corredores. A pesar de tratarse de la prueba popular, el primer pelotón lo conforman experimentador corredores que a buen seguro llegaran a meta en marcas cercanas a los treinta minutos. Poco a poco el grupo se va incrementando y a las 18.40 pasa el “grueso” de la marea humana. Las cifras oficiales hablan de 30.000 inscritos pero el “tirón” de la San Silvestre hace que sean muchos más los que corran sin dorsal, quizás una cifra que puede alcanzar fácilmente los 5.000 corredores “adicionales” ya que las inscripciones a la prueba se agotan en pocos días.


El ambiente festivo en el pelotón es una de las notas dominantes de esta carrera, se suceden los grupos de amigos que lucen los disfraces más variopintos como los que van vestidos de San Fermín y son perseguidos por una manada de vacas, los tradicionales policías y ladrones, los que lucen chilabas o los hombres de nieve. Todo tiene cabida en una experiencia que va más allá de lo meramente deportivo.


La tarde no acompaña en una San Silvestre que es la de peor climatología de los últimos años. A pesar de ello son casi las 19.00 y frente a la estación de Cercanías de Atocha no decae el flujo multicolor. Muchos participante no tienen reparos en avituallarse con unos churros o una porras calentitas de la churrería ambulante que se encuentra justo en este lugar. De repente comienza el desfile “familiar” el de los papas y mamas que corren con carritos de bebé y que por prudencia y comodidad han salido los últimos para no molestar al gran pelotón. Familias completas de cuatro y más participantes pasan ante nosotros bajo la persistente lluvia. También vemos corredores con su perro, monociclistas y aquellos que llevan disfraces tan extravagantes que a duras penas pueden correr: piratas a bordo de su galeón o los picapiedra con el troncomovil.


El frío, la lluvia y él haber estado mas de una hora inmóvil hacen que tampoco sea fácil la labor del “espectador-reportero” que ve atónito como la cámara de fotos pierde prestaciones debido al frío y la humedad que también va calando en los huesos y en la ropa así que lo más prudente es plantearse una retirada estratégica a casa y ver la San Silvestre Internacional calentito y por la tele. Por cierto mi absoluto reconocimiento y enhorabuena a todos los participantes en una noche tan desapacible.

Feliz 2010