miércoles, 7 de julio de 2010

La administración local ante el cambio climático

La administración local ante el cambio climático
Las ciudades son el epicentro de problemas ambientales, pero también de soluciones que permitirán legar a las próximas generaciones un mejor entorno urbano, "más sostenible energéticamente, con menos emisiones, más verde, más humano y de referencia internacional de un desarrollo respetuoso con las personas y el medio ambiente". Así lo ha puesto de manifiesto la delegada de Medio Ambiente de la Ciudad de Madrid, Ana Botella, que ha participado en la mesa redonda "La administración local ante el cambio climático". La delegada ha recordado que el término medio ambiente no incluye sólo "espacios naturales ajenos a las ciudades, sino también un ecosistema complejo que intercambia grandes cantidades de recursos y energía con su entorno".

Dentro del curso organizado por la Escuela de Negocios CEU San Pablo, en colaboración con la Fundación ACS, titulado "La Lucha contra el cambio climático: eficiencia energética y energías renovables", Botella ha puesto sobre la mesa datos de población urbana. Desde hace dos años, más de la mitad de la población mundial vive en un entorno urbano, y, según las previsiones de la ONU, en menos de 40 años este porcentaje alcanzará el 70%. Además, las ciudades consumen el 80% de la energía y producen más del 50% de las emisiones de los gases de efecto invernadero.

A pesar de ello, las autoridades locales "apenas tienen competencias en ámbitos clave como la energía". En este sentido, advirtió que el precio de la electricidad para los hogares es un 5% superior a la media europea y el coste eléctrico para la industria, un 17%. Estas diferencias -en opinión de Botella- "perjudican las economías familiares, afectan al bienestar de los hogares españoles y pesan como una losa sobre la competitividad industrial. Unas circunstancias que hacen inaplazable la reorganización del sector energético español para superar la crisis".


Menos emisiones


Las ciudades son ricas en recursos humanos pero pobres en recursos naturales y energéticos. Una ciudad más sostenible apuesta por el factor humano, y convierte los motores del desarrollo en eficiencia en la gestión y la innovación tecnológica. "En ello radica la gran capacidad transformadora de las ciudades. Esa que nos permite hacer más con menos, mejorar nuestro entorno y generar progreso. Así lo vemos en la ciudad de Madrid, una ciudad que demuestra que es posible hacer compatible el crecimiento económico y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero".

Según el Inventario de Emisiones de la Ciudad de Madrid, mientras que las emisiones de CO2 en España crecieron en el periodo 1990-2007 un 52,6%, las de Madrid lo hicieron en un 15,6%, es decir, 37 puntos menos, cumpliendo con el Protocolo de Kyoto para España. Y en el periodo 2002-2007, Madrid ha reducido sus emisiones totales (directas e indirectas) un 4,2%. En cambio, en el conjunto de España, con un incremento similar del PIB, las emisiones aumentaron 9,8%. Es decir, "la economía madrileña aporta el 11,8% del PIB con unas emisiones que representan el 3,2% del total español", explicó Ana Botella.

Estos resultados son posibles gracias a la eficiencia energética. El Balance Energético del Municipio de Madrid concreta que en 2007 la cantidad de energía consumida por unidad de PIB generado fue un 69% inferior a la media española y, en ese mismo año, el consumo de energía final per capita fue un 47,6% menor que la media de España. Cifras positivas debidas a dos factores: una economía de servicios y la disminución del consumo energético en un 6,2% entre 2003 y 2007.

Madrid Río, tramo del Puente Oblícuo - pincha para verlo ampliado

¿Cómo se consigue?


Mientras que los ayuntamientos carecen de competencias energéticas, ostentan un "importante margen de acción" en servicios y en la gestión de una elevada demanda energética y de materias primas. "Actuar en estos ámbitos, continuó la delegada, exige una aplicación de criterios de sostenibilidad transversal a todos los sectores de la administración de una ciudad, en el urbanismo, en la movilidad, en la gestión de sus recursos hídricos, en su fiscalidad o en la contratación pública".

Las herramientas para estos avances tienen un nombre, el Plan de Uso Sostenible de la Energía y Prevención del Cambio Climático 2008-2012, que contempla como objetivos básicos contribuir a que España cumpla con los compromisos de Kyoto. Para cumplirlos, el Ayuntamiento de Madrid fomenta el uso de vehículos limpios, con una bonificación máxima en el impuesto de circulación del 75% y la exención del SER para los vehículos eléctricos. Además, impulsa una Red de combustibles alternativos y ha renovado la flota municipal en un 34,2% con la incorporación de 1.500 vehículos menos contaminantes, entre otras medidas.

"Todo ello, sin duda, ha sido determinante para que se haya reducido en Madrid un 6,8% las emisiones de CO2 del tráfico. Algo realmente difícil como demuestra el hecho de que mientras que la tendencia en el conjunto de Europa y en España ha sido la inversa", destacó la delegada.

El consumo energético también es más responsable. Hoy Madrid produce el 5,2% del total de la energía eléctrica que consume y la generación de la mayor parte de esta energía está integrada en los servicios municipales de depuración de aguas residuales y en el tratamiento de los residuos. El antiguo vertedero Valdemingómez se ha convertido en fuente de energía, en concreto del 2,3% de la energía eléctrica que consume Madrid, lo equivalente al "consumo de alumbrado y semáforos de la ciudad". Y esto es sólo el principio. Estas cifras mejorarán aún más cuando funcione a pleno rendimiento el complejo de biometanización más grande de Europa.

En crisis económica aplicar criterios ambientales es un esfuerzo añadido pero también mejoran la competitividad y el desarrollo. "Ahorrar y ser más eficientes es bueno para el medio ambiente e indudablemente positivo para la economía". Por ello, todas estas medidas se completan con un esfuerzo en el ahorro de energía mediante la aplicación de sistemas de gestión ambiental de los edificios municipales o el desarrollo del Acuerdo de Optimización Energética con el que se prevé un ahorro de hasta un 20% en edificios e instalaciones municipales. Un ahorro ambiental de 10 millones de euros al año.


Verde en el asfalto


Árboles y zonas verdes mitigan los efectos del cambio climático. Por ello, Madrid cuenta con más de 21.000 hectáreas de zonas verdes, de las cuales 5.700 son de parques y jardines, a las que hay que sumar, aproximadamente, 300.000 árboles de alineación. Unos datos que sitúan a Madrid entre las ciudades más arboladas del mundo.

Desde 2003 se han creado más de 1.000 nuevas hectáreas de zonas verdes y se han plantado más de 900.000 árboles. Además, en la actualidad, se encuentran en ejecución 600 hectáreas de nuevas zonas verdes, gracias a la construcción de un gran parque como el Parque Forestal de Valdebebas o el Proyecto Madrid Río.

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