En ocasiones, la situación de soledad de los mayores viene acompañada de de aislamiento social, desnutrición, abandono personal, mal estado de la vivienda, etcétera, hechos que suponen un riesgo para estas personas y que a veces derivan en situaciones extremas. El principal instrumento que da soporte al programa de Mayores en Riesgo es la figura del internamiento involuntario que, previa autorización judicial y el correspondiente informe médico que demuestre la incapacidad de los afectados, permite su ingreso en una residencia para su cuidado y atención.
El programa va dirigido a dos grupos. Por un lado, a los mayores de 65 años sin apoyo familiar y que viven solos. La mayoría rechazan los servicios de atención social, tienen problemas de salud mental y limitaciones en su autonomía. Por otro, a personas sin hogar mayores de 60 años que viven en la vía pública, presentan un alto nivel de deterioro psicosocial y sanitario, y también se niegan a recibir cualquier tipo de atención.
Residencias
Durante el primer semestre de 2010 se han atendido a 152 mayores, de los que 59 han sido ingresos involuntarios. En 2009, se atendieron a 540 personas, de las que 154 fueron ingresos involuntarios. La mayoría se encontraba en situación de abandono, deterioro cognitivo y falta de autonomía personal.
En el Programa de Mayores en Riesgo participan los centros de servicios sociales y equipos de calle del SAMUR Social, que realizan la labor de detección de situaciones; un equipo especializado del SAMUR Social, que realiza una labor de coordinación de las actuaciones municipales y la función de interlocutor único ante otros organismos e instituciones que intervienen como los Servicios de Salud Mental de la Comunidad de Madrid y los Juzgados de incapacidades. Este equipo se encarga de articular las actuaciones necesarias que garanticen una respuesta integral y estable para la atención de la persona en situación de riesgo.
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