Tras visitar el arroyo Meaques y comprobar que las botellas y otros desechos campan a sus anchas por su caudal, Lissavetzky ha hecho una parada en las instalaciones deportivas de la Casa de Campo, donde ha podido comprobar que no es fácil jugar un partido de baloncesto cuando sólo hay una cancha y el terreno está dominado por charcos de grandes dimensiones.
Tras lamentar el estado de conservación de este pulmón verde de la capital, dominado por la "porquería", Lissavetzky ha desgranado su programa en materia medioambiental empezando por un Plan Especial de Uso y Gestión de la Casa de Campo centrado en la "contaminación del agua, la deforestación y el abandono de las instalaciones".
Autobuses ecológicos en la Casa de Campo
Así, el socialista se ha comprometido a mejorar la protección de los viales de este parque, que deben estar cerrados al tráfico y señalizarse adecuadamente, además de reforzar la línea l0 de Metro y la 33 y 65 de la EMT para facilitar el acceso en verano, los domingos y festivos. Todo ello sin olvidar la creación de una línea de autobuses ecológicos que circularan por el interior del parque y la implantación de varias rutas a caballo.
La bicicleta juega un papel esencial en el programa de Lissavetzky. Por ello propone, sin salir de la Casa de Campo, un servicio permanente de alquiler de este vehículo, tanto en su modalidad convencional como en tándem, aparcamientos específicos además de la transformación de los existentes para coches en destino para las dos ruedas. Otra propuesta, ésta con "un nombre un poco cursi", según el candidato es un "trenecito ecológico turístico".
Tampoco se ha olvidado de un Plan de Mejora de Calidad de Arroyos, Manantiales y del agua del Lago, y de otro para limpiar la suciedad que se genera los fines de semana en la Casa de Campo, la creación de rutas de senderismo, la reforestación de este parque con "especies propias del Mediterráneo" y la introducción de especies animales compatibles con las existentes. En este punto ha criticado la promesa del alcalde y candidato del PP a la reelección, Alberto Ruiz-Gallardón, de sus "famosos gamos invisibles" ya que, hasta el momento, nadie los ha visto.
Contaminación atmosférica
Sobre la contaminación atmosférica, Lissavetzky ha dicho que ha sido la "legislatura de la boina" al no existir un plan de calidad del aire efectivo. Lo que propone es pasar a las restricciones del tráfico, que se pondrían en marcha cuando saltasen las alertas.
Éstas se activarían cuando se acercasen a los límites fijados, que se bajarían de los 400 microgramos por metro cúbico a los 250 en al menos dos unidades de medición en cada una de las seis zonas existentes. También aumentarían las estaciones medidoras, que pasarían de las 24 actuales a 35, situándolas algunas en los lugares donde estaban originalmente.
A eso suma su apuesta por las zonas de bajas emisiones, como tienen ya más de 70 ciudades. Esta medida se implementaría en la almendra central y permitiría solamente el paso de vehículos no contaminantes, con un certificado previo del Ayuntamiento, en situaciones de contaminación alta. Siempre podrían circular los residentes y el transporte público. Asimismo ha pedido reuniones permanentes de la comisión de la calidad del aire e ir progresivamente hacia los taxis eléctricos.
Parques y zonas verdes
Lissavetzky ha propuesto además un anillo verde que interconecte la ciudad, la plantación de 1,5 millones de árboles durante la legislatura, especialmente en el centro y que se termine la Cuña Verde de O'Donnell, La Gavia y el parque lineal del Manzanares.
Para el Retiro quiere la plantación de 5.000 árboles, el saneamiento de caminos y un servicio especial de limpieza tras el fin de semana. En el apartado de residuos, apuesta por el reciclaje y su reutilización además de ir desmantelando, progresivamente, las funciones de la incineradora de Las Lomas, en Valdemingómez.
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