Miguel Oliver para abc.es
Cinco cúpulas de pan de oro —en honor a Cristo y los cuatro evangelistas— brillarán en el cielo de Madrid a partir del próximo año. La construcción se levanta en la Gran Vía de Hortaleza. Algo nunca visto en España. Una bandera rusa y otra española se alzan al viento en lo alto de una estructura que ahora no es más que un esqueleto de hormigón y ladrillo. Dentro de unos diez meses será un edificio singular. Único. Una basílica ortodoxa rusa, en plena capital.
El templo se levanta en una parcela de 756 metros que cedió el Ayuntamiento de Madrid en 2010, cuando Ruiz-Gallardón todavía era alcalde. Ocupará el número 48 de la avenida. El proyecto es obra de los arquitectos Alexei Vorontsov y Jesús San Vicente. Llamará la atención. Será como trasladarse a la época de los zares.
La construcción está dividida en dos partes. La primera la forma la basílica: un templo con forma de cuadrado, que tendrá una capacidad para albergar a unos 250 fieles. Adosado a ella, un edificio de tres plantas donde se habilitará la biblioteca, tres aulas para dar catequesis, oficinas administrativas y dos viviendas para los sacerdotes. El sótano se utilizará como zona de aparcamiento para nueve vehículos.
La basílica ortodoxa devolverá esta institución a su época dorada en nuestro país. Fue en 1756 cuando esta comunidad se fundó en España. Su primer local fue una parroquia en la embajada rusa, que existió hasta finales del siglo XIX. El templo estaba dedicado a Santa María Magdalena. Tras la Segunda Guerra Mundial, se trasladó a la vivienda de los Grandes Duques de Romanov, pero desapareció poco después. Desde entonces, no volvió a tener representación en Madrid... Hasta hace 11 años.
Las obras comenzaron a finales de 2011, y su inauguración está prevista para el mes de marzo de 2013. La «catedral» de Hortaleza necesita una inversión de casi 3 millones de euros. Cuentan con el apoyo financiero de la Fundación Cultural Natividad de Cristo, así como de la Iglesia ortodoxa. Pero Kordochkin sigue buscando dinero para terminar la obra. «La comunidad está formada por un número elevado de miembros, pero ninguno puede aportar lo que se necesita. Esperamos conseguirlo pronto, porque nuestro objetivo es terminar la obra sin tener que hacer paradas».
Cinco cúpulas de pan de oro —en honor a Cristo y los cuatro evangelistas— brillarán en el cielo de Madrid a partir del próximo año. La construcción se levanta en la Gran Vía de Hortaleza. Algo nunca visto en España. Una bandera rusa y otra española se alzan al viento en lo alto de una estructura que ahora no es más que un esqueleto de hormigón y ladrillo. Dentro de unos diez meses será un edificio singular. Único. Una basílica ortodoxa rusa, en plena capital.
El templo se levanta en una parcela de 756 metros que cedió el Ayuntamiento de Madrid en 2010, cuando Ruiz-Gallardón todavía era alcalde. Ocupará el número 48 de la avenida. El proyecto es obra de los arquitectos Alexei Vorontsov y Jesús San Vicente. Llamará la atención. Será como trasladarse a la época de los zares.
La construcción está dividida en dos partes. La primera la forma la basílica: un templo con forma de cuadrado, que tendrá una capacidad para albergar a unos 250 fieles. Adosado a ella, un edificio de tres plantas donde se habilitará la biblioteca, tres aulas para dar catequesis, oficinas administrativas y dos viviendas para los sacerdotes. El sótano se utilizará como zona de aparcamiento para nueve vehículos.
La basílica ortodoxa devolverá esta institución a su época dorada en nuestro país. Fue en 1756 cuando esta comunidad se fundó en España. Su primer local fue una parroquia en la embajada rusa, que existió hasta finales del siglo XIX. El templo estaba dedicado a Santa María Magdalena. Tras la Segunda Guerra Mundial, se trasladó a la vivienda de los Grandes Duques de Romanov, pero desapareció poco después. Desde entonces, no volvió a tener representación en Madrid... Hasta hace 11 años.
Sólo 100 euros en la caja
Un local de 40 metros cuadrados —«que antes había servido de frutería y locutorio»— se convirtió en la nueva sede de la iglesia rusa en Madrid. Ahora ofician el rito en un local alquilado de 150 metros, junto al Metro Laguna. Andrey Kordochkin es su actual párroco. Cuando aterrizó en nuestro país recuerda en el primer encargo que le hicieron: «Me dijeron que tenía construir una iglesia nueva y sólo tenía 100 euros en la caja». Las necesidades eran cada vez mayores, porque la comunidad rusa ortodoxa crecía de forma importante en los últimos años. Actualmente, unas 150 personas asisten a misa todos los domingos.Las obras comenzaron a finales de 2011, y su inauguración está prevista para el mes de marzo de 2013. La «catedral» de Hortaleza necesita una inversión de casi 3 millones de euros. Cuentan con el apoyo financiero de la Fundación Cultural Natividad de Cristo, así como de la Iglesia ortodoxa. Pero Kordochkin sigue buscando dinero para terminar la obra. «La comunidad está formada por un número elevado de miembros, pero ninguno puede aportar lo que se necesita. Esperamos conseguirlo pronto, porque nuestro objetivo es terminar la obra sin tener que hacer paradas».
Construir en estilos tradicionales no es trasladarse a otras épocas. Es como debería construirse hoy, pero se prefieren los bodrios amorfos o cúbicos de hormigon y cristal y acero. No es trasladarse a la época de los zares, es simplemente valorar la tradición y la estética por encima de modas y el aparentar modernidad, como si esto fuera algo siempre positivo.
ResponderEliminarNacho, coincido contigo, quizá no totalmente (porque si fuera así, no habrían surgido el gótico, ni el renacimiento, ni el barroco, ni ninguna otra forma artística), pero sí en buena parte.
ResponderEliminarSea como fuere, ésta iglesia será una construcción singular en nuestro Madrid en el que podemos ver iglesias católicas, mezquitas y ahora un templo orotodoxo. Ojalá la convovencia fuera tan sencilla como construir los templos.