viernes, 13 de diciembre de 2013

Historia de la Calle 30, antigua M-30 en vídeo



Los estudios para la construcción de la M-30 comenzaron en la década de los sesenta y su puesta en marcha se inició en los años setenta. Surgió como respuesta a la necesidad de una vía de circunvalación que distribuyera los tráficos de entrada y salida a las principales carreteras nacionales. Sin embargo, su construcción se prolongó en el tiempo y se fue modificando su trazado, transformando el concepto inicial de la vía, haciéndola más urbana. Prueba de ello es el tramo de la avenida de la Ilustración, regulado por semáforos y asumido como parte integral de un núcleo de población del municipio de Madrid.

En los años 70 se inauguraron las zonas comprendidas entre el nudo de Manoteras y la conexión con la antigua N-IV (actual avenida de Andalucía) y el tramo que discurría entonces sobre la avenida del Manzanares.

En los años 90 se inauguraron las zonas del norte de la ciudad de Madrid, conectando las zonas de Puerta de Hierro (antigua N-VI) y la Avenida de la Ilustración.

Hasta el año 2003, la titularidad de la M-30 correspondía al Ministerio de Fomento, quien durante la década de 1990 destinó la mayor parte de los recursos para la construcción de una nueva vía la M-40. La cual debía cumplir el cometido de satisfacer la necesidad de una circunvalación que diera solución a los tráficos supramunicipales. Pero habría que esperar desde los años 90 otros diez años más para que las numerosas voces que clamaban por la reforma de la M-30 fueran escuchadas.

En el verano de 2003 se redactan los proyectos y se elaboran los programas en los que se definen los periodos de contratación y ejecución de las obras. La M-30 no es una vía uniforme y, por lo tanto, requería tratamientos distintos, de manera que la transformación se sistematizó en varios ejes.

El 8 de mayo de 2007, con la apertura del túnel sur del Bypass, finalizaron las obras de reforma de la M-30 iniciadas el 2 de septiembre de 2004. Se ponía fin así a un proyecto de transformación urbana que supuso un esfuerzo excepcional para hacer frente con eficacia a los déficits acumulados a lo largo de tres décadas por una vía obsoleta, insegura y que no daba respuesta a los madrileños del siglo XXI.

La reforma de la M-30 constituyó no solo una extraordinaria iniciativa para mejorar la movilidad creando una eficaz vía distribuidora de tráfico, sino también la mayor opración de reequilibrio ambiental de las últimas décadas en la ciudad de Madrid, al eliminar la barrera con los distritos del sur y el oeste; recuperar el río Manzanares y sentar las bases de Madrid Río que pone en valor el patrimonio histórico.

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