Más tranvías de tracción de sangre en Madrid
El segundo tranvía de Madrid se puso en servicio en 1877 y discurría desde la Plaza Mayor al Puente de Toledo como parte de un itinerario mas largo que se proyectó camino de los municipios de los Carabancheles y Leganés. En años venideros cinco grandes Compañías de Tranvías se repartieron nuestro callejero, estableciendo líneas que llegaban hasta barrios como Chamberí y los Cuatro Caminos, las Ventas, la Prosperidad, la Glorieta de Embajadores, el Pacífico y la Bombilla. El centro nodal de los tranvías madrileños era la Puerta del Sol. Los tranvías de mulas madrileños nacieron en competencia directa con los ómnibus de tracción animal, cuyo único aspecto positivo era la baratura de sus tarifas. Los tranvías al circular suavemente sobre raíles representaban la comodidad, y la comodidad tenía un precio. Por el contrario, los ómnibus tenían que rodar sobre malos pavimentos, en su mayoría adoquines mal nivelados por lo que resultaban incómodos. Incluso hubo que inventar el Ripert, un ómnibus con las dimensiones y diseño de un tranvía, que intentaba aprovechar las vías del tranvía, rodando sobre ellas de manera poco “ética”.