Se encuentra en pleno Madrid de los Austrias en la plaza del mismo nombre, muy cerca de la calle Arenal.
Es importante, encuadrar la fundación del convento en su época, ya que son años de extrema importancia para la ciudad de Madrid. Es en 1559 cuando Juana de Austria, princesa de Portugal e infanta de Castilla, hija de Carlos V y hermana de Felipe II decide, al quedar viuda, ingresar en la orden de las Franciscanas y habilitar un palacio ya existente, en el que la propia infanta había nacido, como convento para instalar aquí su comunidad religiosa. Dos años más tarde, el 8 de mayo de 1561, su hermano el rey Felipe II decide trasladar la Corte a Madrid desde Toledo, la antigua capital. A partir de este momento, nuestra ciudad no dejará de crecer y florecer hasta llegar a ser la que ahora conocemos. Estos años finales del siglo XVI son, por tanto, en los que se va formando Madrid como capital del reino ya que hasta ese momento era una ciudad que no destacaba en absoluto por su tamaño ni por sus edificios. Felipe II encontró en esta villa un lugar virgen para construir la Capital del Imperio español a su gusto y medida
El edificio es una síntesis de los estilos plateresco y trentino en el que se mezclan la piedra y el ladrillo con una presencia importantísima de la madera para funciones tanto estructurales como decorativas. En su exterior destaca la austeridad de la geometría con una preponderancia absoluta de las líneas rectas. En el interior, por contraste encontraremos una profusión decorativa mucho mayor que hacen de este convento una joya del plateresco.
Destacan también en el conjunto la iglesia de una sola nave y con bóveda de cañón, que sería inaugurada por el rey en 1564 y que fue remodelada posteriormente por Diego de Villanueva en 1756 y el claustro, que se cerró en 1773 y en el que todos los capiteles son diferentes, tradición muy común en los claustros españoles.
Tras esta importante reforma en el siglo XVIII el convento sufriría otras posteriores, siendo la más importante la realizada tras el incendio de 1862, en el cual ardió el retablo de Gaspar Becerra. Últimamente el convento ha sido sometido a continuos trabajos de restauración que han dejado al descubierto dos pinturas religiosas del s XVI y varias columnas y capiteles que habían quedado ocultas por capas de yeso y ladrillo.
La colección de las Descalzas Reales es de un valor inmenso. Hay que entender que esta comunidad religiosa contó entre sus miembros con mujeres pertenecientes a las capas más altas de la sociedad española y que al ingresar en la Orden entregaban una dote consistente en obras de arte de gran valor. Sin duda, la mayor aportación artística vino de la propia fundadora y de su hija doña Margarita que también ingresó en el convento. Además como fundación real tuvo una relación estrechísima con los monarcas que acogieron el Real Convento bajo su patrocinio.
La visita al convento requiere tiempo, dado lo extenso de su colección. Es tan amplia y de tal calidad que no quiero aburriros con demasiados detalles. Os diré que podéis encontrar obras de Tiziano, Sebastiano del Piombo, Brueghel, Murillo o Zurbarán. Destacan los retratos de Sánchez Coello, pintor de cámara de Felipe II. Podéis encontrar en Las Descalzas los de las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela (1568) o el de los infantes don Diego y don Felipe.
En el salón de tapices, antiguo dormitorio de las monjas, podréis encontrar los tapices tejidos en Bruselas sobre cartones de Rubens (1626) y que tienen como tema el Triunfo de la Iglesia.
Maravillosas son también algunas esculturas de Gregorio Fernández o Juan de Mena, los maestros de la escultura religiosa española. La colección cuenta con un Cristo yacente verdaderamente espectacular.
En las capillas del claustro alto, en la de San Miguel concretamente, encontramos un Nacimiento napolitano del s XVIII con vestidos de la época que es una preciosidad y no dejéis de fijaros en la escalinata y en su decoración, obra de Agostino Miteli y Micaelangelo Colonna.
No me quiero extender más para no hacéroslo pesado. Sólo deciros que este convento fue elegido en 1987 Museo Europeo del año y que os animéis a visitarlo porque merece la pena. El Arte sin duda es para verlo y disfrutarlo, cada cual a su manera y según su sensibilidad. Para apreciar la belleza no hace falta más que querer verla.
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Transportes (en Madrid)
Autobús: Líneas 3, 25, 39 y 148
Metro: Estación Ópera, Líneas 5 y 2
Plaza de las Descalzas Reales, 3, 28013 Madrid
Teléfono 91.521.27.79
Horario de visitas Martes, miércoles, jueves y sábado: De 10,30 a 12,45 y de 16 a 17,45 Viernes : De 10,30 a 12,45 Domingos y festivos: De 11,00 a 13,45 horas Lunes: cerrado
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