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jueves, 30 de noviembre de 2006

La Gran Vía

La Gran vía es una de las arterias más importantes de Madrid, además de ser el escaparate al mundo de nuestra ciudad. Cines, teatros, tiendas, hacen de esta vía una de las más concurridas.

La historia de esta calle comienza a mediados del siglo XIX, época en la que se decidió un nuevo plan urbanístico para Madrid, que consistía en crear una conexión entre la calle Alcalá y la plaza de España. En 1904, se aprobó el proyecto y comenzó la construcción de la Gran Vía.

La construcción de la Gran Vía supuso la demolición de varios edifícios, la expropiación de varias fincas y demolición varias iglesias, así como la desaparición de 14 calles del viejo Madrid.
En 1910, se celebró, a bombo y platillo, la ceremonia de inauguración, presidida por el Rey Alfonso XIII desde una tribuna de honor, colocada delante del edificio de la Unión y el Fénix, todavía en construcción.

Poco a poco la Gran Vía fue tomando el aspecto que hoy conocemos. Fue en uno de sus edificios, donde se colocó el primer ascensor de España, fue la primera calle de España en la que en sus tiendas, lucían escaparates. Por esta calle, desfilaron personajes como Ava Gardner y Frank Sinatra, que vivieron un tormentoso romance en nuestra ciudad, los presidentes norteamericanos Eisenhower, Nixon, Ford y todos los dirigentes que desde entonces hasta hoy pasan por Madrid.

Pocos edificios han cambiado en la Gran Vía, lo único que ha cambiado han sido el paisaje humano y el nombre de esta avenida. En un principio la Gran Vía estaba dividida en tres tramos, que se llamaban:
Avenida B o Calle del Conde de Peñalver, urbanización del bulevar o Calle de Pi y Margall, Avenida A o Calle Eduardo Dato.

Tres meses antes de comenzar la Guerra Civil, en 1936, los dos primeros tramos construidos se convirtieron en la Avenida de la C.N.T. En la Guerra Civil la Gran Vía sería conocida como Avenida de Rusia, nombre que volvería a cambiar en noviembre de 1937 por el de Avenida de la Unión Soviética con una placa de conmemoración en un monolito de piedra, en el aparecía el escudo de la República y el soviético, con la hoz y el martillo, además de una placa que rezaba: "Homenaje de los amigos de la URSS".

En aquellos años, la población llamaba extraoficialmente a la Gran Vía, Avenida de los obuses o Avenida del quince y medio en referencia a la cantidad de proyectiles y obuses que caían constantemente sobre Madrid.
Una vez acabada la guerra, la Gran Vía pasó a llamarse, Avenida de José Antonio, hasta que en 1981, en democracia se la llamó Gran Vía.

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