Supongo que todos habréis visto por nuestras esquinas esos "chirimbolos" cilíndricos de cinco metros de altura, a los que se iban adosando fuentes (que nunca llegaron a funcionar), aseos públicos, contenedores de vidrio,… o las marquesinas en las paradas de autobús, que luego se independizaron y fueron creciendo con contenedores de pilas y demás artilugios adosados a ellas.
Su único fin (lo de los "aditamentos" es de coña) es como soporte para la publicidad, y si habéis viajado al extranjero habréis podido comprobar como en otras ciudades sucede igual, y en muchos casos hasta con los mismos modelos.
Por si acaso no los recordáis, os dejo aquí unos ejemplos:
Ahora han empezado a aparecer cientos de "pantallazos" por Madrid, y dicen que en cuatro años llegarán a ser 800 los que pueblen nuestras calles.
El diseño, aunque pueda parecer grande, es moderno e innovador, nada que ver con los anteriores. A mí me gustan, aunque dicen que para gustos se hicieron los colores.
Pero el que me gusten, o no, creo que es lo de menos. Como los anteriores, su único fin es ser soporte para la publicidad, aunque también será de utilidad para los madrileños porque informará de las actividades culturales y de ocio del Ayuntamiento.
La publicidad, no nos engañemos, producirá mucho dinero a las arcas municipales.
A todos nos gusta tener buenas infraestructuras, buenos colegios, centros culturales, polideportivos, carriles bici… y por supuesto, que no nos hablen de subirnos los impuestos. Pero el dinero para ejecutarlos tiene que salir de algún sitio.
Podremos discutir si la ubicación de alguno de ellos es o no acertada, y podremos pedir que se modifique o se suprima si es molesto o causa un fuerte impacto visual, pero no creo que tenga sentido oponernos porque sí, a todos ellos esperando que las arcas municipales se llenen con dinero caído del cielo.
Por favor, vamos a ser un poco más serios.
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