En el antiguo intercambiador de Moncloa, los viajeros debían esperar en el mismo espacio que los autobuses, y por lo tanto soportar su calor, sus humos y sus ruidos.
Por cierto ¡qué oscuro era!
En los nuevos intercambiadores, el espacio de espera de los viajeros está separado por grandes cristaleras del espacio de los autobuses, y sólo salen a los andenes para subir o bajar del autobús.
Los espacios de entrada y salida de viajeros desde las islas están muy bien indicados, y hasta que no se vacía el autobús y los viajeros están en la isla, no se abre la otra puerta para que accedan nuevos viajeros al autobús.
Grandes espacios, muy iluminados y bien ventilados que no tienen nada que ver con las dársenas del antiguo intercambiador.
Serán cinco mil autobuses los que dejarán de circular en superficie por Moncloa, agilizando el tráfico y reduciendo la contaminación acústica y ambiental de toda la zona.
47 líneas interurbanas y 14 de la EMT tendrán cabida en este intercambiador.
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