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martes, 18 de noviembre de 2008

El cierre del Balcón de Rosales llega tarde

¿Por qué siempre se espera a que haya una desgracia para actuar?



Con este artículo yo no voy a tratar de linchar a Gallardón en plan Cope. Pero si que le debo exigir responsabilidades para que cierre todos las discotecas con irregularidades y no espere a que haya una nueva desgracia. Ésta si se hubiera atendido a las 7 órdenes de cese pendientes el la Junta Municipal de Distrito, nunca se debería haber producido. Aquí no es cuestión de partidismo o estar a favor o en contra de Gallardón. También se podría criticar a Esperanza Aguirre, ya que Álvaro de Ballarín (del entorno de la presidenta de la CAM y presidente de la JMD de Moncloa-Aravaca) era asiduo de esta discoteca.

La cuestión es que él y la señora Botella admitan su error y que revise los locales de dudosa legalidad en Madrid. Que asuma su parte de culpa es esencial ya que el local carecía de permisos de actividad, instalación y funcionamiento, superaba el aforo, vendía alcohol a menores, permitía consumir alcohol en el exterior y excedía el nivel de ruido. La policía llevaba años acechando al establecimiento (propiedad de Parques Reunidos) y desde 2006 habían puesto 47 denuncias.

El concejal de seguridad Pedro Calvo sólo reconoce una de de las solicitudes de cese que le "llegó el día 14", un mes después de la última inspección y responsabiliza a la Policía del retraso. Un portavoz municipal apuntó a una falta de diligencia policial. Los agentes sin embargo replican que ellos siempre se llevan todas las culpas. El grupo de IU en el Ayuntamiento denunció por su parte que una "mano influyente" evitaba el cierre del local.


Por otra parte, la Comunidad presentará en unos días el borrador que regula a los porteros de discotecas dentro de la Ley de Espectáculos que llevaba nada más y nada menos que 11 años preparándose. Más vale tarde que nunca, pero esta ley llega tarde para Álvaro Ussia, el chico fallecido. Esperemos que que los culpables de su muerte reciban su merecido. Por suerte un juez se encontraba como testigo para que no argumenten que fue un accidente; el magistrado presenció la brutal paliza y intentó convencer a los porteros. Uno de ellos le espetó: «¡Ni juez ni hostias, a ver si te voy a dar también a ti!».

La gente tiene derecho a divertirse sin el temor de que venga un 'gorila' de 120 kilos a caer sobre tu cuerpo. Esto no hay sido un accidente sino un asesinato en toda regla. Los asesinos tenían antecedentes penales por hurto y lesiones. Estos matones-porteros de discoteca (no va por todos los porteros), se creen los reyes del lugar cuando ellos no debería tener derecho ni a tocarte. Esperemos que con la nueva ley tengan los días contados esta clase de mafia nocturna y se preocupen más por atender a los clientes y su seguridad que por ver cuantas costillas rompen en una noche.

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