El arte, más allá de la función y uso que ha tenido en una sociedad como la nuestra, persiste fijo en las intenciones esenciales que lo originan. Es momento para volver la mirada a su origen, a lo que la genera y le da sentido para ver que a pesar de tanto ruido, ahí está firme su compromiso con el alma humana.
Es un momento magnífico para volver al lenguaje original de las cosas y darnos cuenta que el arte es el espacio de la comunicación no racional en la que lo mágico toma sentido y donde la generosidad y la ilusión son las protagonistas. El regalo se impone como la base esencial del que crea. El artista, más allá de ser un mito o un genio, lo que quiere ser es un mago que haga posible una comunicación más profunda entre las cosas y las personas, entre el tiempo y su habitabilidad, entre la materia y el alma.
Así, el regalo se genera como el fruto originario que da orden a una necesidad interna de trascender el mundo, de buscarle un sentido válido, de habitarlo felizmente y con plenitud.
Pretendemos que esta noche en blanco sea un lugar donde las vivencias del arte sean sencillas pero directas y contundentes, donde lo espectacular deje paso a lo sencillo y profundo y donde el individuo se encuentre representado y afectado positivamente. Queremos buscar un acercamiento a través de los aspectos sensoriales esenciales que residen en la creación artística y generar una comunicación que haga que las personas piensen y sientan su propio papel en el mundo que les toca vivir.
Esta noche en blanco se genera con la intención de dar sentido y profundidad al propio espectáculo que ya es de por si su convocatoria.
Todos y cada uno de los actos que se generen tratarán de buscar una comunicación precisa con cada uno de los espectadores con la intención definitiva de hacerlos partícipes y protagonistas de un mundo que necesita más que nunca opciones nuevas e utópicas que sean capaces de mantener un sueño común de avance humano.
Con muy pocos elementos y con un coste muy bajo se pretenderá comunicar un mensaje participativo y esperanzador en una noche que en muy poco tiempo se ha convertido en una verdadera fiesta vivencial en el calendario de la ciudad”.
Rafael Doctor Roncero
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