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lunes, 4 de abril de 2011

Con la llegada de la primavera comienza la temporada de los anfibios

Con la llegada de la primavera comienza la temporada de los anfibiosTras las lluvias invernales y ante la llegada de la primavera comienza una temporada idónea para la observación de los anfibios en el campo. Los ríos, lagunas, charcas y fuentes están cargados de agua, las temperaturas se suavizan dejando atrás las heladas... y buena parte de ranas y sapos salen de sus escondrijos para reproducirse.

Como sabemos, los anfibios atraviesan dos fases a lo largo de su desarrollo: una fase acuática (de larva o “renacuajo”) y otra más o menos terrestre (cuando esa larva se convierte en adulto propiamente dicho). El esquema general es el siguiente: la hembra de una especie deposita los huevos en el agua; inmediatamente el macho los fecunda, y allí queda la freza hasta que emergen las pequeñas larvas las cuales, tras un periodo variable de estancia en el agua, se metamorfosean y originan nuevos ejemplares adultos. Este esquema puede sufrir curiosas variaciones, como por ejemplo las salamandras adultas, cuyas hembras acuden al arroyo a parir sus larvas, o los “sapos parteros”, llamados así porque el macho porta los huevos fecundados adheridos a su espalda, visitando el agua de cuando en cuando a remojarlos hasta que un buen día eclosionan las larvas.

En la Comunidad de Madrid existen unas 17 especies de anfibios, que se clasifican en dos grandes grupos: urodelos (o anfibios con cola, como salamandras y tritones), y anuros (sin cola: ranas y sapos). La Herpetología es la rama de la Zoología que se ocupa de su estudio, y hay que mencionar que constituyen un grupo faunístico de gran interés. Aunque a menudo pasan desapercibidos o son tratados con rechazo por buena parte de la gente, informan con su presencia o ausencia sobre la calidad de nuestros ecosistemas. Son enormemente beneficiosos, en tanto que se alimentan de mosquitos u otros insectos molestos para las personas; también depredan sobre insectos que dañan huertas y cosechas.

Con la llegada de la primavera comienza la temporada de los anfibios
Por todo ello distan de ser perjudiciales para el ser humano. Los sapos no “escupen veneno” como se viene afirmando en ciertos sectores desde tiempos inmemoriales (sencillamente, ¡el diseño de su boca les impide escupir!). Secretan por la piel una sustancia nociva en caso de ser molestados, que garantiza un mal sabor frente a ciertos depredadores (o un ligero escozor si una persona manipulase un sapo o salamandra, y luego se llevara las manos a ojos, nariz o boca).

En Madrid, la Sierra de Guadarrama resulta un lugar de gran interés para la observación de anfibios, así como determinadas charcas y humedales de la zona oeste. El sureste madrileño también alberga sorpresas aunque no es la zona más óptima debido a sus precipitaciones más escasas.

Los Agentes Forestales y la Herpetología


Los agentes forestales tienen entre sus funciones la vigilancia de la fauna silvestre. En la materia que nos ocupa, anualmente se realiza en muchos lugares de la Comunidad un seguimiento de los principales puntos de agua que albergan poblaciones de anfibios, a menudo en colaboración con otras entidades como el Museo Nacional de Ciencias Naturales.

Con la llegada de la primavera comienza la temporada de los anfibios
En general conviene recordar los siguientes aspectos:
  • Se trata de especies muy sensibles, muchas protegidas por la ley. Además algunas especies de sapos están en franca regresión debido a una enfermedad que les diezma alarmantemente (una infección por hongos). No hay que cogerles para evitar estresarlos, lo mejor es observarlos tranquila y respetuosamente.
  • No hay que introducir especies exóticas de peces en estanques, porque además de estar prohibido por la ley, acabarán con las poblaciones de anfibios preexistentes.
  • Si hay que limpiar o vaciar un estanque o fuente, conviene vigilar la presencia de larvas de anfibios. De existir éstas y no poder retrasar la limpieza, se debe avisar a los agentes forestales a través del siguiente numero de teléfono: 900 181 628.
  • Existen carreteras que, tras la época de lluvias, constituyen paso obligado de anfibios adultos en busca de charcas para procrear. A veces se contabilizan muchas decenas de ejemplares atropellados; hasta que las administraciones señalicen convenientemente estos tramos, se agradecería una conducción del vehículo tan cuidadosa como lo permita la seguridad vial.
  • La ley prohíbe el maltrato y molestia injustificada a la fauna silvestre. Esto incluye la captura de renacuajos; enseñemos a nuestros hijos a no meterlos en botes para llevarlos a casa sino a observarlos y respetarlos en su hábitat natural.

Finalmente, insistimos en que ranas y sapos no son “sabandijas” sino animales dignos de conservar y respetar, necesarios y beneficiosos, y que, lamentablemente, cada vez escasean más en nuestros ecosistemas.


Para avisar a los agentes forestales llamar al siguiente numero de teléfono: 900 181 628


Fuente: Asociación Profesional de Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid APAF-Madrid

2 comentarios :

  1. Esa primera escena es de "sexo explícito", contenido no apto para menores.  :-P

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  2. Tranquilo Javier, los menores de edad no suelen leer este blog

    :) :) :-P

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