Cuando la rampa de los autobuses esté averiada, se ofrecerá un taxi accesible para completar el trayecto

El nuevo documento contempla que en caso de avería de la rampa, el conductor del coche debe detenerse ante la parada y comunicar la incidencia al centro de control de la EMT, aportando datos sobre su localización. Si el siguiente autobús de la línea va a tardar en llegar al sitio más de un cuarto de hora, o tampoco funciona su rampa -por lo que tampoco podría recoger a la persona de movilidad reducida-, el conductor le preguntará a ésta el nombre y su parada de destino. Los datos serán transmitidos al centro de control para que se le facilite un taxi accesible, a través de una compañía concertada con el Ayuntamiento, en el cual completará su viaje.
El autobús de rampa averiada no reanudará su trayecto hasta que se resuelva la incidencia o hasta que el inspector del centro de control le de permiso para ello.
Con esta medida, el Ayuntamiento quiere garantizar a las personas con movilidad reducida un servicio de transporte público de calidad, contando para ello con el sector del taxi.
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