El 89% del volumen de transporte de viajeros y mercancías de Renfe se desarrolla por redes electrificadas y está, por tanto, parcialmente descarbonizado en base al actual mix eléctrico (53% sin emisiones y 33% renovables). La empresa ya ha reducido su huella de carbono un 56% desde 1990 (año base del Protocolo de Kioto) hasta situarse en 24,2 gr de CO2 por unidad transportada y mantiene activa una estrategia de sostenibilidad y eficiencia energética que incluye un nuevo acuerdo con Adif para profundizar en varias áreas propias del sistema ferroviario, mejora de prácticas de consumo y ahorro de energía o proyectos de innovación para analizar la tracción mediante gas natural licuado o pilas de hidrógeno como potenciales sustitutos del combustible fósil.
Estos son los principales elementos hacia un transporte ferroviario de cero emisiones a medio y largo plazo que Renfe ha llevado al Congreso Nacional de Medioambiente Conama2016 que se celebra en Madrid.
Como elemento central del sistema de transporte, el ferrocarril es el modo más eficiente energéticamente y menos contaminante si se analiza su huella de carbono. Además de estas ventajas, el ferrocarril el único medio de transporte que consume energías renovables en una proporción relevante. El tren eléctrico no necesita más desarrollos tecnológicos para adoptar una energía eléctrica limpia.
Comparada con 1990, la intensidad energética del sector ferroviario (energía final consumida por unidad transportada) ha decrecido un 33% en todo el mundo. Más de un tercio de la energía utilizada en los ferrocarriles es eléctrica y un cuarto de las líneas están electrificadas a nivel mundial.
En este contexto, y como parte de su estrategia de eficiencia energética y mayor sostenibilidad en el transporte, Renfe está coordinando, en colaboración con otras partes, el desarrollo de dos proyectos de innovación centrados en el análisis de las potenciales ventajas que la tracción con gas natural licuado (GNL) y con pila de combustible de hidrógeno, baterías y supercondensadores pueden aportar como alternativa a los tráficos de tracción diésel para líneas no electrificadas en España.
Renfe mantiene otras líneas de actuación en materia de energía. La empresa ha suscrito con Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) un acuerdo marco por la sostenibilidad y la eficiencia energética centrado en la gestión del suministro de energía, la eficiencia en la tracción y la gestión de la energía para usos distintos a la tracción.
Finalmente, cabe recordar que Renfe se sumó al Compromiso Ferroviario de Responsabilidad Climática 2015 auspiciado por la UIC (Unión Internacional de Ferrocarriles) en la pasada cumbre del clima de París (COP 21). Firmado por los principales operadores ferroviarios de todo el mundo, se centra en dos aspectos. Por una parte, reducir el consumo de energía específico y la emisión de CO2 según el documento “Retos de un Ferrocarril de Bajas Emisiones” y sus objetivos para 2030/2050 presentados en 2014 ante Naciones Unidas: 50% de reducción en consumo de energía en 2030 y 60% en 2050 (respecto a 1990) y reducción de emisiones de CO2 en un 50% en 2030 y en un 75% en 2050 (respecto a 1990).
En segundo lugar, las partes acordaron seguir estimulando el cambio modal hacia el ferrocarril en los mercados nacionales e internacionales junto con otras partes esenciales de la cadena de transporte y seguir difundiendo el papel de un transporte sostenible como parte de la solución al cambio climático.
Estos son los principales elementos hacia un transporte ferroviario de cero emisiones a medio y largo plazo que Renfe ha llevado al Congreso Nacional de Medioambiente Conama2016 que se celebra en Madrid.
Como elemento central del sistema de transporte, el ferrocarril es el modo más eficiente energéticamente y menos contaminante si se analiza su huella de carbono. Además de estas ventajas, el ferrocarril el único medio de transporte que consume energías renovables en una proporción relevante. El tren eléctrico no necesita más desarrollos tecnológicos para adoptar una energía eléctrica limpia.
Comparada con 1990, la intensidad energética del sector ferroviario (energía final consumida por unidad transportada) ha decrecido un 33% en todo el mundo. Más de un tercio de la energía utilizada en los ferrocarriles es eléctrica y un cuarto de las líneas están electrificadas a nivel mundial.
En este contexto, y como parte de su estrategia de eficiencia energética y mayor sostenibilidad en el transporte, Renfe está coordinando, en colaboración con otras partes, el desarrollo de dos proyectos de innovación centrados en el análisis de las potenciales ventajas que la tracción con gas natural licuado (GNL) y con pila de combustible de hidrógeno, baterías y supercondensadores pueden aportar como alternativa a los tráficos de tracción diésel para líneas no electrificadas en España.
Renfe mantiene otras líneas de actuación en materia de energía. La empresa ha suscrito con Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) un acuerdo marco por la sostenibilidad y la eficiencia energética centrado en la gestión del suministro de energía, la eficiencia en la tracción y la gestión de la energía para usos distintos a la tracción.
Finalmente, cabe recordar que Renfe se sumó al Compromiso Ferroviario de Responsabilidad Climática 2015 auspiciado por la UIC (Unión Internacional de Ferrocarriles) en la pasada cumbre del clima de París (COP 21). Firmado por los principales operadores ferroviarios de todo el mundo, se centra en dos aspectos. Por una parte, reducir el consumo de energía específico y la emisión de CO2 según el documento “Retos de un Ferrocarril de Bajas Emisiones” y sus objetivos para 2030/2050 presentados en 2014 ante Naciones Unidas: 50% de reducción en consumo de energía en 2030 y 60% en 2050 (respecto a 1990) y reducción de emisiones de CO2 en un 50% en 2030 y en un 75% en 2050 (respecto a 1990).
En segundo lugar, las partes acordaron seguir estimulando el cambio modal hacia el ferrocarril en los mercados nacionales e internacionales junto con otras partes esenciales de la cadena de transporte y seguir difundiendo el papel de un transporte sostenible como parte de la solución al cambio climático.
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