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martes, 7 de febrero de 2017

Reforma de la 6 plazas en el entorno de la Gran Vía

Ignacio S. Calleja para ABC.es

La reforma planteada para la Gran Vía no se limitará a la propia avenida. El Ayuntamiento de la capital planea extender las mejoras a todo el entorno, con actuaciones en seis puntos singulares de la zona. Las plazas de los Mostenses, Soledad Torres Acosta, Pedro Zerolo, Santo Domingo, Descalzas y del Carmen cambiarán su apariencia en paralelo con la anunciada peatonalización.



Si bien se enmarca dentro del plan de rehabilitación previsto para toda la calle, esta acometida tendrá su propio progreso. El área de Desarrollo Urbano Sostenible convocará este año un concurso internacional para establecer las líneas generales del proyecto. Después, en una segunda fase, se abordará la remodelación de las seis ubicaciones. El delegado del área, José Manuel Calvo, explicó en la última comisión del ramo que en los próximos meses se abrirá el periodo de propuestas, al tiempo que arrancan las obras iniciales de la Gran Vía, con una partida de 800.000 euros.


La actuación en las seis plazas se divide en dos grandes áreas, al norte y sur de la avenida. En cuanto a la primera, se prevé trabajar en las plazas de los Mostenses, de Soledad Torres Acosta y de Pedro Zerolo (antigua Vázquez de Mella). Al otro lado de la calle, se reformarán las plazas de Santo Domingo, de las Descalzas y del Carmen. Fuentes municipales han explicado a ABC que aunque aún no se conocen los requisitos y directrices del concurso, más allá de que será internacional, sí está claró que «buscará una coherencia con el entorno».

La «coherencia urbana» a la que se refieren en Urbanismo remite a la transformación que se proyecta para todo el distrito de Centro, con la gran Área de Prioridad Residencial (APR) en el horizonte, planeada para 2018. La reordenación del tráfico en el corazón de la capital y la pretensión de rebajar los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) concentran el interés del Consistorio en ese sentido.

La peatonalización de la Gran Vía, cuyo final está previsto para 2019, antes de que acabe la presente legislatura, será el eje sobre el que giren el resto de actuaciones. Con la apuesta en firme de aumentar el espacio para el peatón, en detrimento del tráfico privado, se adivina que estas plazas, peatonales actualmente, guardarán cierto continuismo con la estética y funcionalidad de la Gran Vía del futuro.



La avenida, según Calvo, ensanchará sus aceras y pasarán de tres a dos carriles en ambos sentidos, con la posibilidad de que se instalen bolardos móviles que permitan la apertura o cerramiento de la calzada. No obstante, la actuación final está supeditada al resultado de la votación popular que se desarrollará entre el 13 y el 19 de febrero, pese a que José Manuel Calvo dio por hecho que los madrileños se decantarán por la idea del equipo de Gobierno de Carmena. «Entendemos que los madrileños quieren una Gran Vía mejor, que pasa por más espacios peatonales, más arbolado y por reducir el tráfico de paso», dijo el edil. El concejal de Participación Ciudadana, Pablo Soto, aseguró que el veredicto de esta consulta será vinculante.

Presupuesto por definir


La peatonalización de la Gran Vía, como avanzó el edil de Urbanismo, cuenta con un presupuesto global de cinco millones de euros, cantidad que no incluye el concurso internacional para reformar estas seis plazas. Desde el Ayuntamiento insisten en que son dos proyectos independientes, a pesar de la relación conceptual.

En este plan de rehabilitación aún no están definidos los plazos de la segunda fase, que será la principal, ni la partida económica. De momento, lo único definitivo es la convocatoria, que se publicará a lo largo de los próximos meses. En el mismo marco, tampoco se descartan otras actuaciones enfocadas a la reordenación urbana y la disminución de la contaminación.

La apertura del citado concurso y su consiguiente presupuesto dependen de la aprobación de los presupuestos municipales, todavía bloqueados por la negativa del grupo municipal socialista. Desde el Consistorio, no obstante, confían en que la negociación para las cuentas del ejercicio de 2017 se resuelvan antes de mediados de marzo, aunque los plazos podrían acortarse. Este extremo condiciona varios proyectos urbanísticos que, aunque focalizan el trabajo municipal, necesitan ser presupuestados.

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