Las obras de la histórica iglesia Maris Stella, situada en el parque de Pradolongo, distrito de Usera, arrancan ya su fase final. El concejal delegado de Vivienda, Álvaro González; el consejero delegado de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS), Diego Lozano, y la concejala de Usera, Loreto Sordo, han visitado este jueves los trabajos que dotarán al barrio de unas modernas instalaciones distribuidas en tres pabellones que suman 1.600 metros cuadrados. La inversión ya ha superado los 4,3 millones de euros y se espera que todo el complejo esté totalmente terminado en febrero de 2021.
González ha conocido de primera mano los detalles de la obra y ha destacado la importante labor que han desempeñado los técnicos de la EMVS, encargada del proyecto, para “convertir un espacio degradado en una auténtica obra de arte. Es un orgullo que la EMVS pueda realizar este tipo de rehabilitaciones tan complejas”. El concejal ha recordado que el Ayuntamiento, a través de la EMVS, no solo construye vivienda protegida en alquiler, sino que desarrolla “un sinfín de actuaciones singulares en barrios de la capital como la reforma de plazas y colegios y la reconversión de esta iglesia. Proyectos que regeneran la ciudad y mejoran la calidad de vida de los vecinos”.
Edificios polivalentes para distintos usos
Por su parte, la concejala del distrito de Usera, Loreto Sordo, ha señalado que “este proyecto significa para Usera y para el sur de Madrid un ejemplo del compromiso de este Gobierno y una gran oportunidad para transformar nuestro distrito en un punto de atracción en materia cultural y medioambiental”.
Las obras enfilan ahora su fase final con una ampliación del proyecto para mejorar la conexión de la red de saneamiento y dotar al nuevo complejo de una acometida independiente del resto de las instalaciones municipales colindantes y que conecte directamente la iglesia con la red que discurre por la calle Doctor Tolosa Latour.
En total se ha actuado en una superficie de 3.600 metros cuadrados, entre edificios y parcelas, respetando la estructura original de la iglesia. No solo se ha tenido que trabajar en un edificio protegido, sino que se han tenido que levantar dos nuevos inmuebles polivalentes y multiusos.
Emblema del distrito de Usera, Maris Stella ha sido utilizada desde su construcción, entre 1920 y 1930, como templo, comedor, dispensario de salud y hasta escuela para los hijos de los trabajadores que iban llegando al barrio de Orcasitas desde otras regiones del país. Ya entonces era conocida como la ‘iglesia rota’ porque en su cúpula de pizarra se pudieron ver, antes de las obras de acondicionamiento, los agujeros provocados por los bombardeos de la Guerra Civil. El proyecto se financia dentro de los Fondos de Reequilibrio Territorial (FRT).
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