La Comunidad de Madrid ha iniciado las obras de un nuevo colector para mejorar el saneamiento de la urbanización Ciudalcampo, entre San Sebastián de los Reyes y Colmenar Viejo, que beneficiará a más de 1.200 viviendas unifamiliares. Con este motivo, el consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo, ha visitado la zona, situada en las inmediaciones del circuito del Jarama.
Una vez concluidos los trabajos, a cargo de la empresa pública Canal de Isabel II, esta infraestructura tendrá una longitud de 3.934 metros y discurrirá mayormente en paralelo a la autovía A-1. El trazado estará dividido en cuatro segmentos, contará con 83 pozos de registro y combinará tramos de conducción de PVC-U de 800 milímetros de diámetro con otros de galería para espacios más profundos, así como un pequeño tramo bajo el arroyo Peralejo.
Las obras suponen una inversión de 5.565.948 euros y terminarán, previsiblemente, en la segunda mitad de 2027. El proyecto permitirá transportar y conectar las aguas residuales del núcleo residencial al sistema de saneamiento de Canal de Isabel II.
Gracias al nuevo colector, los residuos líquidos estos serán enviados a la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Arroyo Quiñones, recientemente ampliada y remodelada. Este trabajo forma parte del convenio de colaboración firmado en 2024 entre el Ejecutivo autonómico y los ayuntamientos de San Sebastián de los Reyes, Colmenar Viejo y Alcobendas. Contempla inversiones en infraestructuras hidráulicas por valor de 86 millones de euros, como las ya realizadas en las depuradoras Arroyo Quiñones y Arroyo de la Vega.
Además, habrá otras actuaciones para mejorar las redes existentes y extender las instalaciones de abastecimiento, saneamiento y depuración a los futuros desarrollos urbanísticos e industriales de estos municipios.
Inversiones en drenaje y depuración
Canal de Isabel II gestiona en la región casi 16.000 kilómetros de colectores y redes de alcantarillado, así como 155 estaciones de depuración de aguas residuales. Este volumen requiere un mantenimiento y renovación continuos, así como una adecuación constante a los cambios en normativas europeas y estatales.
Para afrontarlos, la empresa pública ha previsto en su Plan Estratégico 2025-2030 la inversión de 800 millones de euros. Además de mejorar infraestructuras esenciales de drenaje y depuración, servirá para instalar nuevas tecnologías que introduzcan las actuales exigencias de las autorizaciones de vertido. Permitirá, asimismo, modernizar los sistemas de alcantarillado y saneamiento regionales, claves en el cuidado ambiental de los ríos y que minimizan los efectos de fenómenos meteorológicos extremos como danas o lluvias de alta intensidad.
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