La capacidad para organizar información, controlar procesos internos y mantener al día las obligaciones administrativas se ha convertido en un requisito esencial dentro del tejido empresarial. La digitalización ha impulsado una cultura de eficiencia que exige sistemas más ágiles y precisos, especialmente cuando se trata de facturación, nóminas o gestión de horarios. En este escenario, el uso de un software ERP se consolida como uno de los pilares que permiten a empresas y profesionales independientes mantener un funcionamiento ordenado y transparente.






