El carsharing no es el "coche compartido" que los madrileños ya conocen, sino el "coche multiusuario", un vehículo que se alquila por periodos cortos de tiempo (no por días, sino por minutos u horas), con unas facilidades que superan el alquiler tradicional de automóviles: están disponibles 24 horas al día durante siete días a la semana, se gestiona la reserva como autoservicio, la ubicación de los vehículos es próxima al usuario y la rotación de éstos es continua, la tarifa es de "todo incluido", (combustible también), etc.
A estas ventajas individuales hay que añadir las colectivas. Un coche de carsharing sustituye a una cantidad de vehículos privados estimada entre los 4,5 y los 14. Además las empresas que los gestionan utilizan vehículos limpios, tecnologías sostenibles y combustibles menos contaminantes. Por esta razón, el Ayuntamiento fomenta este sistema de transporte.