Elena G. Sevillano para elpais.com
No es tarea fácil tomarse un café en la zona de las Cuatro Torres. Impone subir al espectacular y no demasiado barato restaurante del hotel Eurostars, en la planta 30 del edificio PwC, donde la única opción es desayunar a lo grande, con bufé libre. La cafetería de la planta baja, a la que también se puede acceder sin estar hospedado pero que no tiene acceso directo desde la calle, es otra posibilidad; sin embargo, muchos transeúntes ni siquiera saben que está ahí. La zona de las Cuatro Torres, con esas moles de oficinas de más de 200 metros de altura, es una perfecta postal del Madrid más vanguardista, pero le falta vida: no hay comercio, no hay bares ni restaurantes. Uno solo va allí con un propósito: es inhóspita para el paseante.
Esa constatación, y seguramente también la necesidad de obtener ingresos, ha llevado al Ayuntamiento de Madrid a permitir la instalación de un restaurante y una cafetería, cada uno con su correspondiente terraza de veladores. El restaurante ocupará 163 metros cuadrados y podrá abrir en verano una terraza de 72. El bar, situado justo enfrente, tendrá 87 metros cuadrados y podrá sacar mesas y sillas en otros 70 metros. Se situarán entre la torre PwC y la Torre de Cristal. El Ayuntamiento acaba de publicar el concurso para construir y explotar los dos “quioscos permanentes de hostelería en las Cuatro Torres”, por los que espera obtener un canon mínimo anual de 59.000 euros en el caso del restaurante, y de 31.754 euros en el de la cafetería.
“Desde que se construyeron las torres se había hablado de las dos terrazas. Era una necesidad que tenía la zona”, afirma el concejal presidente del distrito de Fuencarral-El Pardo, José Antonio González de la Rosa. A los cánones anuales, los adjudicatarios deberán sumar la tasa que paga cualquier establecimiento por instalar una terraza en la vía pública. Si el restaurante, por ejemplo, decide ocupar los 72 metros cuadrados permitidos, deberá pagar además unos 7.800 euros al año. Eso si solo se trata de mesas y sillas; en caso de que instale un cerramiento estable, la tasa se incrementa un 50%. Pese a que, además, los adjudicatarios deberán construir los quioscos, lo que supone una fuerte inversión inicial, en el Distrito de Fuencarral aseguran que no han parado de recibir llamadas de empresarios interesándose por el concurso. “Va a tener muchos novios; un establecimiento bajo las Cuatro Torres, en una zona con tanto tránsito de gente, es un caramelo”, pronostica el concejal.
La concesión de los quioscos es a 40 años, algo que el Consistorio justifica por la inversión que deben hacer los adjudicatarios en la construcción. Los pliegos admiten además dos prórrogas de 10 años cada una. El Ayuntamiento asegura que tendrá muy en cuenta el diseño de los establecimientos, que deberá adecuarse al entorno “vanguardista y financiero” en el que se situarán. “No es cualquier zona de Madrid, así que tampoco se puede instalar cualquier chiringuito”, señala González de la Rosa. Los estudios previos que hizo el Consistorio fijaron en 82.000 y 44.000 los cánones con los que saldrían a concurso los dos quioscos, pero tras pasar por el interventor fiscal las cantidades se corrigieron y fueron las que se publicaron finalmente en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid el 9 de octubre pasado.
El concurso valora con un máximo de 35 puntos el proyecto de construcción e implantación de la actividad y con 65 puntos la oferta económica que mejore el canon inicial. Los pliegos son bastante específicos en cuanto a los requisitos que deben cumplir los establecimientos. Llegan a precisar qué tipo de letra (gotham rounded) deben tener los rótulos y prohíben “la utilización de materiales desechables como cubiertos de plástico o platos de cartón”, entre otras cosas. Los interesados en la adjudicación tienen de plazo hasta el 8 de noviembre próximo.
Esa constatación, y seguramente también la necesidad de obtener ingresos, ha llevado al Ayuntamiento de Madrid a permitir la instalación de un restaurante y una cafetería, cada uno con su correspondiente terraza de veladores. El restaurante ocupará 163 metros cuadrados y podrá abrir en verano una terraza de 72. El bar, situado justo enfrente, tendrá 87 metros cuadrados y podrá sacar mesas y sillas en otros 70 metros. Se situarán entre la torre PwC y la Torre de Cristal. El Ayuntamiento acaba de publicar el concurso para construir y explotar los dos “quioscos permanentes de hostelería en las Cuatro Torres”, por los que espera obtener un canon mínimo anual de 59.000 euros en el caso del restaurante, y de 31.754 euros en el de la cafetería.
“Desde que se construyeron las torres se había hablado de las dos terrazas. Era una necesidad que tenía la zona”, afirma el concejal presidente del distrito de Fuencarral-El Pardo, José Antonio González de la Rosa. A los cánones anuales, los adjudicatarios deberán sumar la tasa que paga cualquier establecimiento por instalar una terraza en la vía pública. Si el restaurante, por ejemplo, decide ocupar los 72 metros cuadrados permitidos, deberá pagar además unos 7.800 euros al año. Eso si solo se trata de mesas y sillas; en caso de que instale un cerramiento estable, la tasa se incrementa un 50%. Pese a que, además, los adjudicatarios deberán construir los quioscos, lo que supone una fuerte inversión inicial, en el Distrito de Fuencarral aseguran que no han parado de recibir llamadas de empresarios interesándose por el concurso. “Va a tener muchos novios; un establecimiento bajo las Cuatro Torres, en una zona con tanto tránsito de gente, es un caramelo”, pronostica el concejal.
La concesión de los quioscos es a 40 años, algo que el Consistorio justifica por la inversión que deben hacer los adjudicatarios en la construcción. Los pliegos admiten además dos prórrogas de 10 años cada una. El Ayuntamiento asegura que tendrá muy en cuenta el diseño de los establecimientos, que deberá adecuarse al entorno “vanguardista y financiero” en el que se situarán. “No es cualquier zona de Madrid, así que tampoco se puede instalar cualquier chiringuito”, señala González de la Rosa. Los estudios previos que hizo el Consistorio fijaron en 82.000 y 44.000 los cánones con los que saldrían a concurso los dos quioscos, pero tras pasar por el interventor fiscal las cantidades se corrigieron y fueron las que se publicaron finalmente en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid el 9 de octubre pasado.
El concurso valora con un máximo de 35 puntos el proyecto de construcción e implantación de la actividad y con 65 puntos la oferta económica que mejore el canon inicial. Los pliegos son bastante específicos en cuanto a los requisitos que deben cumplir los establecimientos. Llegan a precisar qué tipo de letra (gotham rounded) deben tener los rótulos y prohíben “la utilización de materiales desechables como cubiertos de plástico o platos de cartón”, entre otras cosas. Los interesados en la adjudicación tienen de plazo hasta el 8 de noviembre próximo.
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