La llamadas vías rápidas de la Ciudad de Madrid (Calle 30 superficie, sus accesos, y los viales de conexión con las autovías nacionales ) representan más de 110 kilómetros de vías de alta capacidad, que requieren una gestión singular y centralizada para poder conocer al momento la situación del tráfico con el fin de orientar a los conductores sobre las alternativas, efectuando las advertencias en materia de Seguridad Vial precisas para evitar congestiones que pueden terminar afectando al conjunto de la ciudad y a sus accesos.
Por eso el Ayuntamiento ha aprobado un contrato que permitirá conservar, gestionar y explotar los equipamientos existentes en estas vías que son 586 detectores de vehículos, 70 paneles de información variable, 38 cámaras de control y 8 sistemas de lecturas de matrículas. El presupuesto total es de 1.162.838 euros (IVA incluido) y el plazo total previsto para la realización de estos objetivos es de un año desde la fecha de formalización, con una posible prórroga por un periodo máximo de otro ejercicio.
Partiendo de esta nueva realidad del tráfico en la ciudad, el Ayuntamiento ha adaptado su forma de gestionarlo, teniendo en cuenta que Calle 30 en alguno de sus tramos en superficie soporta un tráfico de más de 325.000 vehículos al día, existiendo incluso, en algunos puntos, más de 20 carriles de circulación que deben de ser gestionados. Asimismo, el parque circulante de la capital se sitúa entre los 800.000 y 1.000.000 de vehículos/día.
En la actualidad, la configuración de las infraestructuras viarias existentes en la Ciudad de Madrid, después de la remodelación de la M-30 y de la construcción de los nuevos túneles subterráneos, permiten una nueva forma de movilidad, que posibilita a los ciudadanos desplazarse periféricamente sin pasar necesariamente por el centro, evitando las consiguientes molestias y congestiones que anteriormente representaba un sistema de desplazamiento focalizado precisamente en el centro urbano.
Por todo ello, un objetivo principal de la gestión municipal es ajustar, con un equipo especializado y unas aplicaciones informáticas singulares, las regulaciones de los semáforos en las zonas de acceso limítrofes a las vías rápidas o a Calle 30. Se persigue así que los desplazamientos y la interconexión entre Calle 30 y las vías urbanas próximas sean fluidos y sin detenciones innecesarias, facilitando la información en tiempo real del estado del tráfico, por medio de los "Paneles de Información Variable" (PMV).
La explotación se efectúa desde el Centro de Gestión de Movilidad (CGM), las 24 horas del día, los 365 días del año, por medio de un avanzado equipo técnico de ingeniería de tráfico que evalúa de forma continua el estado de la circulación y las medidas de información y control más ajustadas a cada situación. Asimismo desde el CGM se coordinan las acciones municipales directas de explotación y gestión de Calle 30 superficie con los túneles gestionados singularmente por la Empresa Municipal Calle 30.
Por eso el Ayuntamiento ha aprobado un contrato que permitirá conservar, gestionar y explotar los equipamientos existentes en estas vías que son 586 detectores de vehículos, 70 paneles de información variable, 38 cámaras de control y 8 sistemas de lecturas de matrículas. El presupuesto total es de 1.162.838 euros (IVA incluido) y el plazo total previsto para la realización de estos objetivos es de un año desde la fecha de formalización, con una posible prórroga por un periodo máximo de otro ejercicio.
Nuevas formas de gestión de tráfico
Partiendo de esta nueva realidad del tráfico en la ciudad, el Ayuntamiento ha adaptado su forma de gestionarlo, teniendo en cuenta que Calle 30 en alguno de sus tramos en superficie soporta un tráfico de más de 325.000 vehículos al día, existiendo incluso, en algunos puntos, más de 20 carriles de circulación que deben de ser gestionados. Asimismo, el parque circulante de la capital se sitúa entre los 800.000 y 1.000.000 de vehículos/día.
En la actualidad, la configuración de las infraestructuras viarias existentes en la Ciudad de Madrid, después de la remodelación de la M-30 y de la construcción de los nuevos túneles subterráneos, permiten una nueva forma de movilidad, que posibilita a los ciudadanos desplazarse periféricamente sin pasar necesariamente por el centro, evitando las consiguientes molestias y congestiones que anteriormente representaba un sistema de desplazamiento focalizado precisamente en el centro urbano.
Por todo ello, un objetivo principal de la gestión municipal es ajustar, con un equipo especializado y unas aplicaciones informáticas singulares, las regulaciones de los semáforos en las zonas de acceso limítrofes a las vías rápidas o a Calle 30. Se persigue así que los desplazamientos y la interconexión entre Calle 30 y las vías urbanas próximas sean fluidos y sin detenciones innecesarias, facilitando la información en tiempo real del estado del tráfico, por medio de los "Paneles de Información Variable" (PMV).
La explotación se efectúa desde el Centro de Gestión de Movilidad (CGM), las 24 horas del día, los 365 días del año, por medio de un avanzado equipo técnico de ingeniería de tráfico que evalúa de forma continua el estado de la circulación y las medidas de información y control más ajustadas a cada situación. Asimismo desde el CGM se coordinan las acciones municipales directas de explotación y gestión de Calle 30 superficie con los túneles gestionados singularmente por la Empresa Municipal Calle 30.
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