La
estación de Metro de Pacífico se convertirá en unos meses en la
primera estación de la red de Metro capaz de generar su propia energía para la climatización de sus instalaciones gracias a un
sistema de intercambio energético basado en la geotermia, que permite obtener calor y frío de la tierra. Este sistema, cuya instalación ha supuesto una inversión de 700.000 euros, permitirá ahorrar hasta un 75% de energía y reducir en un 50% las emisiones de CO2.
La energía geotérmica permite aprovechar el subsuelo como fuente inagotable de energía para generar tanto calefacción como refrigeración, ya que basa su funcionamiento en la
capacidad de la tierra, a partir de una cierta profundidad, de acumular el calor procedente del sol, manteniendo una temperatura prácticamente uniforme a lo largo de todo el año.
Gracias a esta instalación, se dotará de un sistema de climatización completamente respetuoso con el medio ambiente a los
andenes de la línea 1 de la estación de Pacífico, así como a los
cuartos técnicos y a los locales comerciales de la estación, lo que supone una superficie total de 1.090 metros cuadrados (640 metros cuadrados en andenes y 450 metros cuadrados, en locales comerciales y dependencias).
Instalación y funcionamiento
El sistema funciona a través de un
intercambiador de calor terrestre y unas bombas de calor geotérmico que ceden calor al suelo cuando funcionan como refrigeración y absorben calor del suelo mientras funcionan como calefacción.
En las fases iniciales del proyecto se procedió a la realización de
estudios previos de hidrogeología en la zona, para determinar la viabilidad del terreno y sus características en cuanto a temperatura, conductividad térmica media y profundidad del nivel freático.
Sobre la base de los resultados de dicho estudio, se determinó la
implantación de un intercambiador de calor terrestre formado por un bucle cerrado que consiste en
32 tubos en forma de ‘U’ de polietileno de alta densidad introducidos a unos
150 metros de profundidad, ya que a esa profundidad la
temperatura del suelo es de unos 15º. Por el interior de estos tubos circularía un
gel especial capaz de mantener unos determinados valores térmicos. Posteriormente, una serie de bombas de calor geotérmico se conectan a este intercambiador de calor para transferir el calor o el frío extraído del subsuelo al sistema de distribución (
a los sistemas de ventilación), lo que permite hacer llegar a la estación la calefacción o la refrigeración en cada caso.
Ahorro de energía y emisiones
Este sistema presenta una serie de ventajas respecto a los sistemas tradicionales, como el ahorro energético y la menor dependencia del suministro eléctrico de la red. Se estima que por cada kW de energía eléctrica consumida por este tipo de sistemas, se puede generar como mínimo 4kW de refrigeración o 4 kW de calefacción, mientras que con los sistemas convencionales de climatización por cada kW de potencia eléctrica se generan aproximadamente 2 kW de calefacción o refrigeración. Esto supone un
ahorro energético de entre el 50 y el 75%.
Además, en épocas intermedias, como la
primavera o el otoño, se podría realizar enfriamiento gratuito impulsando agua de circulación por los colectores con un coste energético mínimo ya que no intervendrían las máquinas térmicas de producción. Este considerable ahorro de energía permite a su vez la
reducción en un 50% de las emisiones de CO2 y la reducción de la contaminación acústica, ya que no hay emisiones de ruido. Por último, este sistema tiene unos
bajos costes de mantenimiento y posibilita el incremento de la vida útil de las instalaciones.
Otras medidas de ahorro
Este proyecto puede marcar una tendencia en lo relativo al suministro energético de Metro de cara a su
progresiva implantación en el resto de la red. En esta misma línea se inscriben
otras medidas de ahorro energético implantadas por Metro, como:
- La
ralentización de las escaleras mecánicas cuando no son utilizadas para reducir su consumo.
- La colocación de
cristaleras en los accesos de las estaciones para aprovechar la luz solar en la iluminación.
- La instalación de acumuladores en los trenes que permiten
recuperar parte de su energía de frenada.
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