La estampa única que ofrecía la nevada histórica Filomena escondía el gran trabajo de supervisión y ejecución que esperaba a los servicios de conservación municipales: revisar rama a rama y árbol a árbol para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Para estas labores, que requerían gran urgencia, dedicación y profesionalidad, el Ayuntamiento de Madrid se apoyó en un contrato de emergencia el 12 de enero a través del que 1.100 operarios adicionales era han dedicado a estas funciones.