La Comunidad recuerda que en los días de calor se deben adoptar medidas de precaución ante las altas temperaturas, especialmente entre los grupos más vulnerables, como niños, ancianos y enfermos crónicos. Una adecuada ingesta de líquidos es fundamental y hay que vigilar sobre todo a niños y ancianos para que beban al menos un litro y medio de agua al día fuera de las comidas.
Asimismo, se deben evitar los paseos y el ejercicio físico en las horas de más calor (especialmente entre las 12 y las 17 horas) y procurar que las prendas de vestir sean de tejidos naturales, ligeras y de colores claros. Es necesario prestar una especial atención en la elaboración y conservación de los alimentos, dado que el calor favorece la proliferación de bacterias que pueden producir problemas graves.