J. A. Aunión para elpais.com
Persianas bajadas, carteles de propaganda y alguna pintada en la fachada; y desconchones, muchas hojas secas y una solitaria lata de cerveza abandonada en las escaleras de entrada. Esta la imagen del enorme edificio construido 1926 por Luis Bellido y González y que ocupa 2.700 metros cuadrados en la esquina entre Alberto Aguilera y Vallehermoso. Allí, cuatro hombres abren la verja a media mañana de un nevado lunes de febrero.

—Perdonen, ¿qué hay ahí dentro? ¿Hay un almacén o algo?
—No, no hay nada, está abandonado.
—Y entonces, ¿dónde van?
—Somos operarios del Canal [de Isabel II]; hay una avería.
—Perdonen, ¿qué hay ahí dentro? ¿Hay un almacén o algo?
—No, no hay nada, está abandonado.
—Y entonces, ¿dónde van?
—Somos operarios del Canal [de Isabel II]; hay una avería.