La propuesta de remodelación definitiva del Ayuntamiento incorpora los resultados del proceso de participación vecinal. De esta manera se han introducido cambios con respecto al proyecto presentado el pasado mes de marzo: se abrirán más pasajes públicos de acceso, se instalarán huertos urbanos y la plaza central permanecerá descubierta. El plan diseñado elimina la edificación bajo rasante, manteniendo el carácter de espacio público, libre y ajardinado, e incorpora la petición vecinal de crear huertos urbanos, que se ubicarán en las cubiertas de los espacios destinados a asociaciones.
Las obras no alterarán la configuración, estructura y carácter del Mercado, dado su gran valor arquitectónico. Es decir, el principio general del proyecto final es el de mínima intervención y máximo respeto a la configuración estructural del edificio.
Se mantiene además el objetivo de que el mercado ofrezca dotaciones municipales, con espacio para trabajadores del Ayuntamiento, espacios comunes, que tiendan a las necesidades del distrito y el conjunto de la ciudad, y espacios para entidades vecinales.
El proyecto, que deberá estar concluido y en pleno rendimiento en 2019, incorporará criterios de sostenibilidad medioambiental, con reducción en el consumo de energía, y garantizará la movilidad para todas las personas que lo utilicen.
En la sesión pública celebrada Sánchez Mato y Arce han presentado el informe del primer proceso de participación, que se prolongó desde abril hasta junio. Han abordado también el próximo proceso de participación, que comenzará en enero con el objetivo de decidir en común el diseño de espacios comunes y otras características del proyecto.
Inversión y amortización
La inversión prevista es de entre 50 y 70 millones de euros. Y el ahorro previsto en alquileres de edificios de la Administración –con el traslado de los 1.900 trabajadores municipales– oscilará entre los 12,5 y los 15 millones de euros al año.
Poner en valor el Mercado de Frutas y Verduras
Ejemplo de la arquitectura de estilo racionalista, donde la belleza radica en la utilidad de la propia construcción y en la falta de ornamentación, el Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi fue uno de los primeros edificios de hormigón armado de Madrid. Proyectado por Francisco Javier Ferrero Llusiá y con el diseño de estructuras a cargo del ingeniero Alfonso Peña Boeuf en 1931 –aunque los primeros planos son del entonces arquitecto municipal Luis Bellido datan de 1926–, el nuevo mercado entró en funcionamiento en 1935 para proporcionar una mayor calidad de servicio y mejores condiciones laborales. Sustituía al hasta entonces mercado central de abastos de la plaza de la Cebada.
Sus detalles innovadores –como voladizos para quitar el sol, cristales que evitaran que el calor penetrara en el interior estropeando las frutas o techos no muy altos para poder limpiarlos y regarlos con manguera– hicieron de éste un edificio único en la capital. En 1983, con la puesta en marcha de Mercamadrid, dejó de cumplir su función principal y ahora el Ayuntamiento quiere protegerlo y recuperarlo.
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