Hace unos días nos llegó al blog un correo de un lector,
José R. de G., comentándonos que
aprovechando las obras de la Plaza de Ópera sería muy interesante poder recuperar la fuente de los Caños del Peral, que se encuentra bajo la plaza, recuperando así una parte de la Historia de Madrid.La verdad es que yo no tenía ni idea de la existencia de tal fuente, pero rebuscando en Internet, y con la ayuda de
José voy a intentar contaros qué eran los
Caños del Peral.

En el Madrid del siglo XVII, el portugués
Pedro Teixeira creó el segundo plano de la historia de la capital de España. Una verdadera joya cartográfica por la que recibió 700 escudos de manos del rey Felipe IV y que hoy se estudia en todo el mundo. Era un Madrid 15 veces más pequeño que el actual y tenía una población de 150.000 habitantes.

En aquella época, a la zona de la actual Plaza de Isabel II, más conocida como Ópera,
llegaban grandes corrientes subterráneas desde la Plaza Mayor que vertían bastante agua en unas fuentes, las del Arrabal, también conocidas como los Caños del Peral.
Según define Teixeira en su plano, la zona tenía abundantes manaderos de agua, pudiéndose distinguir en ella la zona más oriental, donde se encontraban propiamente los
Caños del Peral (ubicados en un testero de una manzana localizada en la desembocadura de la calle del Arenal y la plazuela de los Caños del Peral) y la amplia zona occidental, entre los Lavaderos y el Pasadizo de la Encarnación, en la cual aparecería el pretil de los Caños de la Priora.
Teixeira identifica claramente esta fuente en el dibujo con el número
33, además de rotularlo escribiendo
Caños del Peral.
Los Caños del Peral estaban formados por
un gran pilón de granito de la Cabrera con un número de entre seis y siete caños, separado del arroyo del Arenal mediante un pretil, tal y como los señala en la
Topographia de Madrid. Los excedentes de aguas se aprovechaban en un lavadero inmediato, que Texeira no señala, encañándose hasta la Alcantarilla del Arenal, y desde aquí descenderían las aguas hasta el río Manzanares por la vaguada y el arroyo del Arenal.
En toda esta zona, un total de 57 pilas servían de lavaderos, lo que reunía a muchos habitantes e incluso alimentaba a algún establecimiento balneario. Era también un animado punto de encuentro para compañías de teatro ambulante, lo que daría lugar al primer teatro conocido con el mismo nombre que se daba a la fuente: el
Teatro de los Caños.
Aquí podemos ver la zona en un plano de 1808:

Las transformaciones que se produjeron a partir de 1809, con la creación del Teatro Real y la posterior ordenación de la plaza de Isabel II, produjeron que esta fuente quedase
enterrada bajo la nueva plaza.Así quedaba la zona, según los planos de 1848:
La histórica fuente fue descubierta durante la remodelación de la estación de Metro de Ópera en 1991 y allí se quedó, tras una de las paredes del andén de la línea 2.

Ahora que se está remodelando la Plaza de Isabel II, aprovechando las obras del Metro,
quizás sería una buena idea como propone José, recuperar un trozo de nuestra Historia,y volver a sacar a la luz la fuente de los Caños del Peral