Bruno García Gallo para elpais.com
Madrid produce cerca de un kilo de basura por habitante al día. Parte de esos residuos se reciclan. Parte, se queman en la incineradora de Valdemingómez, una práctica muy criticada por los ecologistas. Parte, se amontonan hasta alcanzar cierto volumen, para luego plantar encima de ellos un parque. Parte, se transforman en abono. Y parte deberían convertirse en gas de consumo doméstico. Este último proyecto, puntero en el país y en medio mundo, ha requerido de fuertes inversiones en los últimos ocho años y, por ahora, solo ha traído quebraderos de cabeza al Ayuntamiento (PP).

Pese a constituir un tremendo paso adelante en cuanto a reciclaje de residuos y generación de energías verdes, ha sido muy criticado por la oposición de izquierdas. Pero el verdadero problema no ha sido político sino técnico: no ha funcionado. El gas producido en Valdemingómez no cumple aún todos los requisitos para sumarse a la red general de Enagás. No alcanza el porcentaje de metano suficiente a un flujo constante.
Madrid produce cerca de un kilo de basura por habitante al día. Parte de esos residuos se reciclan. Parte, se queman en la incineradora de Valdemingómez, una práctica muy criticada por los ecologistas. Parte, se amontonan hasta alcanzar cierto volumen, para luego plantar encima de ellos un parque. Parte, se transforman en abono. Y parte deberían convertirse en gas de consumo doméstico. Este último proyecto, puntero en el país y en medio mundo, ha requerido de fuertes inversiones en los últimos ocho años y, por ahora, solo ha traído quebraderos de cabeza al Ayuntamiento (PP).
Pese a constituir un tremendo paso adelante en cuanto a reciclaje de residuos y generación de energías verdes, ha sido muy criticado por la oposición de izquierdas. Pero el verdadero problema no ha sido político sino técnico: no ha funcionado. El gas producido en Valdemingómez no cumple aún todos los requisitos para sumarse a la red general de Enagás. No alcanza el porcentaje de metano suficiente a un flujo constante.