"Vecino ejemplar, gran hombre de Estado y de concordia y figura relevante de la vida política y cultural española de la segunda mitad del siglo XX". Con estas palabras la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, se ha referido al que fuera primer Defensor del Pueblo, el profesor Joaquín Ruiz-Giménez, a quien Madrid rinde homenaje con una placa en la casa en la que residió, en la calle de Velázquez.

Madrid y Ruiz Giménez compartían un mismo ADN: "Persona de paz y de diálogo, cordial y reconciliador, un hombre de apertura y de integración. La ciudad que tanto amó ¬-dijo la alcaldesa- le recuerda para siempre con esta placa". Engrandeció la ciudad y ahora la capital reconoce su figura en el Plan Memoria del Ayuntamiento Madrid por su "profunda huella personal y una generosidad sin límites en toda su trayectoria como ministro, abogado, catedrático, embajador, político y, sobre todo, persona tolerante y justa".
Madrid y Ruiz Giménez compartían un mismo ADN: "Persona de paz y de diálogo, cordial y reconciliador, un hombre de apertura y de integración. La ciudad que tanto amó ¬-dijo la alcaldesa- le recuerda para siempre con esta placa". Engrandeció la ciudad y ahora la capital reconoce su figura en el Plan Memoria del Ayuntamiento Madrid por su "profunda huella personal y una generosidad sin límites en toda su trayectoria como ministro, abogado, catedrático, embajador, político y, sobre todo, persona tolerante y justa".