
Desde noviembre del pasado año se han producido dos interrupciones de servicio al producirse el contacto entre un globo metálico y la catenaria (el sistema que proporciona a los trenes la energía eléctrica necesaria para que circule), ya que el material con el que están fabricados este tipo de globos funciona como conductor de electricidad, por lo que se corre el riesgo de que se produzcan descargas eléctricas, daños en los trenes, en las instalaciones, o en el peor de los casos en los propios viajeros.
La incidencia más grave se produjo el pasado mes de diciembre en la estación de Sol, cuando un globo metálico, al escaparse de las manos de su portador en el andén, se enredó en la catenaria y, al paso del siguiente tren, entró en contacto con otros elementos eléctricos del tren, lo que provocó una descarga eléctrica en la instalación que la inutilizó durante más de una hora. El resultado fue que el servicio de trenes quedó interrumpido entre las estaciones de Banco de España y Ópera durante una más de una hora.