El Ayuntamiento de Madrid da el primer paso para transformar el ámbito de Ermita del Santo en un nuevo espacio de regeneración urbana. El descenso de la actividad comercial en esta zona, delimitada por el paseo que le da nombre, la calle de Sepúlveda y el parque de la Cuña Verde, se debe a la obsolescencia de las edificaciones e instalaciones existentes, algunas de ellas de 1985, donde conviven usos deportivos y terciarios comerciales de escasa o nula actividad y uso. Estas construcciones, además de impedir atraer a nuevos residentes a la zona, suponen una barrera física y funcional para conectar con las zonas verdes del entorno y Madrid Río.