lunes, 4 de febrero de 2008

Campus de la Justicia de Madrid. Instituto de Medicina Legal


Arquitecto: Alejandro Zaera

Superficie Total: 13.937,72 m2
Superficie sobre rasante: 9.356,72 m2
Superficie bajo rasante: 4.533,64 m2
Plazas de aparcamiento: 35


El Instituto de Medicina Legal es, de alguna manera, el organismo encargado de la definición legal del cuerpo humano, y del análisis de las posibles intrusiones, daños o alteraciones del derecho probablemente más valioso de los seres humanos: el cuerpo. La propuesta intenta articularse en relación al contenido, tanto ritual como metafísico, que caracteriza su programa. Es importante que el edificio sea capaz de ofrecer una adecuada representación de la relación entre el cuerpo y la ley, al mismo tiempo que producir una puesta en escena adecuada a la intensidad de los protocolos que tendrán lugar en el edificio durante su funcionamiento.

La iconografía elegida está de alguna manera implícita ya en el planeamiento de todo el Campus de la Justicia, a través de la planta circular, como sistema geométrico. Se ha expandido tridimensionalmente la figura del círculo produciendo un volumen esférico dentro del que se va a distribuir el programa. La esfera tiene evidentemente una asociación abstracta con el cuerpo hu-mano y ha sido usualmente empleada en la descripción del espacio vital, en el que el cuerpo y sus movimientos quedan inscritos y limitados.

En términos de programa, el proyecto se estructura en espacios de acceso público, distribuidos siempre en torno a la esfera interior, haciéndoles partícipes de ese espacio monumental, y zonas de acceso restringido, que se sitúan por debajo y por encima de la zona de acceso público.


A fin de minimizar el diseño de la propuesta, la estructura se compone de 16 pórticos de doble crujía dispuestos a intervalos regulares. La segmentación horizontal del volumen produce unas plantas en forma de anillo óptimas en términos de accesibilidad, que se puede resolver mediante un corredor central que da acceso a las dependencias situadas en ambas fachadas.

La rasante se ha deprimido ligeramente a lo largo de toda la periferia del edificio para iluminar las dependencias situadas en el primer sótano y producir un efecto de desaparición de ese contacto, como si la esfera continuase en el bajo rasante.

La envolvente responde a la necesidad de ocultamiento que algunas de las funciones del edificio requieren. El edificio estará enteramente recubierto con una membrana metálica perforada con distintos coeficientes de perforación, dependiendo de la actividad a desarrollar en cada sector, y de su grado de exposición visual y solar, o necesidades de ventilación. Este velo de metal oscuro pero reflectante, conformado a la geometría esférica de la envolvente del edificio, permitirá tener una visión clara desde el interior, una óptima penetración de luz natural y destacará la forma del edificio en su percepción exterior.



(Toda la información e imágenes de este artículo están sacadas de la web del Campus de la Justicia)

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