Estarán en breve expuestos al público
Los altivos y misteriosos fanales que alumbraban los bajeles turcos combatientes en la batalla de Lepanto, el 7 de octubre de 1571, no se hundieron en las oscuras aguas del mar Jónico. Pervivieron. Y se encuentran en Madrid. Más precisamente, en la calle de San Bernardino, 14, detrás del cuartel del Conde Duque. Iluminan la majestuosa escalera del palacio de los descendientes del almirante español Álvaro de Bazán, primer marqués de Santa Cruz, que los trajo a España como botín de guerra. Con Juan de Austria, él protagonizó la victoria contra una temible flota turca en aquella “más grande ocasión que vieran los siglos”, en palabras de Miguel de Cervantes. El escritor universal, entonces soldado, perdió la mano izquierda en la fiera batalla naval ganada por las armas españolas con ayuda de marinos genoveses.