Desde hace mucho había hablado de ir al curro en bici. Sin embargo, la idea me asustaba: alrededor de 20 kilómetros de pedaleo por la jungla urbana de Madrid, la última parte atravesando las autopistas, mega centros comerciales, y urbanizaciones exclusivas que componen la zona norte de Madrid. Pero, al seguir el blog En Bici por Madrid, me había enterado de la iniciativa de ayudar a la gente encontrar su ruta al trabajo con los BiciFindes.
Escribí a los blogueros ciclistas algo tarde el viernes, pero dentro de dos horas me respondieron, diciéndome que ya habían pensado en una ruta desde mi casa a mi cole y que podíamos ir a primera hora el sábado para probarla. Esa noche fui a clase de yoga en Sol y dejé mi bici candada, como siempre. Cuando salí, el sillín había desparecido.
¿Cómo iba a montar hasta mi colegio sin sillín a la mañana siguiente?
No tenía que preocuparme: después de un correo a última hora a los guías, se presentaron el sábado con un sillín extra para mí. Es que los ciclistas urbanos son muy buena gente.