La plaza de Santo Domingo está hueca. Bajo el cemento, ocupado generalmente por casetas de mercadillo, yacen las ruinas del que hace medio siglo fue el primer aparcamiento público de Madrid. El exalcalde Alberto Ruiz-Gallardón rescató en 2007 esa zona, sustituyendo las tres plantas sobre rasante del estacionamiento por una plaza en varios niveles, con parterres y parques infantiles. Su intención era enterrar los coches en plantas subterráneas.
Pero la crisis se llevó por delante el proyecto, del que ahora solo queda un gigantesco agujero en las entrañas de la plaza, y una rampa de acceso clausurada con ladrillos, un candado herrumbroso y una pila de basura.
Este proyecto frustrado ilustra el estancamiento que afecta a los aparcamientos públicos. Entre 2008 y 2010 salieron a licitación 18, que sumaban 5.281 plazas. Todos quedaron desiertos. El Ayuntamiento estudia ahora impulsar un puñado de nuevos estacionamientos.