La Comunidad de Madrid tiene previsto reabrir la estación de Metro de Gran Vía el próximo verano, tras las obras de ampliación y modernización que se han llevado a cabo para conectarla, de forma directa y sin necesidad de salir a la superficie, con la estación de Cercanías en Sol. La nueva Gran Vía, además, será totalmente accesible, contará con las instalaciones más modernas de todo el suburbano y recuperará en el exterior el icónico templete de Antonio Palacios.
Así lo ha explicado el consejero de Transportes, Movilidad e Infraestructuras, Ángel Garrido, que ha visitado los trabajos que se desarrollan actualmente en la estación, junto a la presidenta de ADIF, Isabel Pardo de Vera.
“Cuando el próximo verano terminen todas las obras esta estación volverá a ser una de las más importantes de la red de Metro, pero con los valores y exigencias del siglo XXI. Una nueva estación de Gran Vía moderna, accesible, inclusiva y digital, que refleja lo que será el modelo de Metro del futuro al que estamos comprometidos mediante los planes de modernización y accesibilidad”, ha destacado Garrido.
En la actualidad, la Dirección General de Infraestructuras de la Comunidad de Madrid finaliza este mes la obra civil de la estación, con el cerramiento del pozo situado en la calle Montera y la construcción de los forjados y escaleras fijas de la estación. En enero, comenzará a reurbanizar la calle Montera y su entorno.
En paralelo, Metro de Madrid trabaja desde el pasado mes de agosto en el acondicionamiento de la estación (arquitectura interior e instalaciones), con el objetivo de finalizar sus trabajos y poder reabrir la nueva Gran Vía el próximo verano.
La remodelación de Gran Vía es una gran obra de ingeniería que va a transformar esta estación en un gigante intermodal equivalente a un inmueble de 8 plantas bajo tierra, encajado entre los edificios de los laterales de la calle Montera. Contará con un primer nivel donde se genera un nuevo gran vestíbulo; un segundo nivel intermedio de paso, donde se va a llevar a cabo una musealización con los vestigios arqueológicos que han aparecido durante los trabajos; y con un tercer nivel de conexión con la línea 5 de Metro y la galería que une con Renfe Cercanías Sol, de la que se ha ocupado ADIF.
Mejor distribución de viajeros
Precisamente, los trabajos que se han acometido permiten conectar las estaciones de Gran Vía y Sol mediante un pasillo, de tal manera que no será necesario salir a superficie para hacer el trasbordo. Gracias a esta nueva conexión, se mejorará el tránsito de los viajeros que usan Cercanías en la estación de Sol, al dividir sus entradas y salidas por los dos accesos: la previsión es que un 75% utilice directamente Sol y que un 25%, la ampliada estación de Gran Vía. También mejorará la distribución de viajeros dentro de los trenes de Cercanías, al ofrecer un segundo acceso a la estación.
Además, se ha ampliado el vestíbulo de la estación subterránea de Gran Vía para que pueda absorber de modo ordenado el flujo de viajeros que accedan a ella a través del nuevo trasbordo de Sol. Así, se ha duplicado el espacio disponible hasta los 2.000 metros cuadrados.
La estación será completamente accesible gracias a la instalación de nuevas escaleras mecánicas y de cuatro ascensores por parte de Metro. Además, los viajeros con movilidad reducida dispondrán de nuevos dispositivos adaptados como sistemas de apertura fácil en puertas, tiras antideslizantes en escaleras fijas, etiquetas braille en los pasamanos, señalización de elementos de accesibilidad, pasamanos a doble altura, interfonos de comunicación adaptados o pavimentos de tacto visual cerámico para facilitar sus desplazamientos.
Innovación y accesibilidad
La Comunidad de Madrid también va a equipar la estación de Gran Vía de Metro con 14 máquinas de venta de títulos de transporte más modernas e innovadoras, con grandes pantallas de visualización que permitirán, por ejemplo, realizar pago sin contacto o atender al usuario a través de videollamada.
Asimismo, se instalarán 17 tornos de entrada, seis de los cuales serán para personas con movilidad reducida, distribuidos en dos vestíbulos. Estos modelos, también de nueva creación, ocuparán menos espacio, tendrán pantalla para informar al usuario sobre la validación con gráficos y texto y dispondrán de iluminación en las puertas, en el lector sin contacto y en el suelo para informar al viajero sobre el resultado de la validación.
La nueva estación recuperará en el exterior el icónico templete del arquitecto Antonio Palacios, entre la calle Montera y Gran Vía. Se va a reproducir de la manera más fiel posible su estructura original con la idea de recuperar el valor simbólico que tuvo este templete de la Red de San Luis.
Para ello, se ha realizado una labor de investigación histórica que ha permitido analizar las diferentes fases por las que pasó el templete original, desde su construcción en 1920. De este modo, se ha estudiado la remodelación que experimentó en el año 50 para incluir dos ascensores, hasta llegar al año 70 en el que se desmantela para su traslado a Porriño, localidad de origen del arquitecto y donde se encuentran parte de lo que queda de él.La reproducción recuperará las espectaculares proporciones de la gran marquesina del proyecto original. Estará construida con vidrio y acero y será completamente translúcida permitiendo la entrada de iluminación a través del hueco del ascensor.
Protección del entorno
Las actuaciones que ha llevado a cabo la Dirección General de Infraestructuras para la ampliación y modernización de la estación de Gran Vía han tenido una importante complicación técnica al actuar sobre infraestructuras antiguas y un entorno complejo con protección de patrimonio cultural, como es el del centro de Madrid y el de una estación histórica.
Todo ello ha condicionado el ritmo de los trabajos en la estación, donde en todo momento se ha primado la seguridad y la protección del patrimonio que ha ido apareciendo, en coordinación con la Dirección General de Patrimonio Cultural.
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