6, 7 y 8 de noviembre. Festival de Otoño 2009
“En su espíritu, pétrea, brutal, dura, sin ornamentos; pero también con la holgura del viento, del calor, del aire, del cielo, de la noche; tendrá los reflejos y los significados de la vida, de sus tormentos, de sus tempestades, de sus sueños y del sufrimiento de todo hombre, de cualquier tiempo”, escribió Max Rouquette (1908-2005) sobre esta pieza en el prólogo de su obra Médée.
En el año 2001, Jean-Louis Martinelli, dramaturgo y director del Théâtre Nanterre-Amandiers, viaja a Bobo-Dioulasso (Burkina Faso) y queda sobrecogido por la dimensión de la tragedia en la que se sume el continente africano. Concibe entonces la idea de llevar a escena la Médée de Rouquette, inspirada en el texto clásico de Eurípides.