La fuente de los Caños del Peral queda expuesta en la estación
Situada en la trasera de la plaza de Oriente, más modesta en su concepción pero probablemente igual de transitada y querida por los madrileños. La Plaza de la Ópera, rehabilitada junto a la estación de Metro del mismo nombre (una de las 20 más frecuentadas de la red suburbana), es un ejemplo del esfuerzo municipal por hacer del centro de la ciudad una zona viva, activa, moderna y, al mismo tiempo, respetuosa y consciente de su pasado. Hoy, el alcalde de la Ciudad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha visitado las obras de remodelación de la estación de Metro y de su entorno, exponentes de una política que ha hecho del centro histórico, en palabras del alcalde, "sinónimo de transporte público, movilidad peatonal, sostenibilidad y amplitud, desterrando la idea de saturación decadencia a la que muchas capitales se enfrentan en sus cascos históricos".
Así la vieja estación de Ópera, inaugurada en 1925 y que constituía con sus 25 millones de tránsitos una de las 20 estaciones más frecuentadas de la red, es ahora con su nuevo vestíbulo, los ascensores, la nueva señalización y alumbrado y, sobre todo el museo que preserva el patrimonio arqueológico hallado en 2009, un ejemplo de cómo los tramos más antiguos del metro madrileño se dotan de los mismos niveles de confort que los de nueva construcción. Ello ha sido posible gracias al trabajo solidario y conjunto entre las administraciones local y regional que han sufragado al 50% los 22,1 millones de euros que Metro de Madrid ha destinado a la iniciativa.