
Seis objetivos en los que la alcaldesa, Ana Botella, ha resumido un proyecto cifrado en 4.388,2 millones de euros, 59 menos que el de este año (un 1,3% menos). Un descenso que obedece a la reducción de la carga financiera y no a los servicios prestados a los ciudadanos. “Es un presupuesto con menos impuestos a los ciudadanos, más inversión para la ciudad y, como consecuencia, más calidad de vida”. destacó Ana Botella, que recalcó que, para llegar a ese punto, primero se había tenido que disminuir la deuda. “Un presupuesto reflejo de la situación de estabilidad presupuestaria del Ayuntamiento y de los beneficios que ésta supone para los ciudadanos”, añadió Concepción Dancausa.
Botella describió la fotografía de Madrid que proyectan los presupuestos de 2015: una ciudad en la que “la deuda ha dejado de ser un problema”; una ciudad que vuelve a tener capacidad para aumentar la inversión; y una ciudad de las pocas administraciones que ha reducido su déficit.