miércoles, 18 de noviembre de 2015

Modificado el proyecto del centro comercial de Madrid Río

El Ayuntamiento de Madrid y la Sociedad General Inmobiliaria de España, S.A. (LSGIE), propietaria de la parcela situada entre la calle del Antonio López 109-111 y la avenida del Manzanares, han acordado modificar el proyecto inicial del centro comercial de Madrid Río para adaptarlo al paisaje urbano de la zona, abriendo una vía peatonal de ancho suficiente que permita la circulación de los vecinos y clientes.

Modificado el proyecto del centro comercial de Madrid Río
Después de siete reuniones celebradas desde el verano pasado, ambas partes acordaron integrar el diseño del centro comercial en el urbanismo de Usera y Arganzuela, cambiando la idea original de levantar un centro uniforme, monolítico y poco expresivo con el lenguaje arquitectónico de Madrid Río y alrededores. Para ello se prolongará la calle de Matilde Gayo que atravesará el centro comercial dividiéndolo en dos unidades con el objetivo de permitir a los vecinos de Usera acceder a pie al parque lineal sin necesidad de dar la vuelta por las calles de San Zacarías y Eugenio Caxés. El nuevo viario se pavimentará con los mismos materiales del tramo antiguo (Antonio López-Mirasierra), tendrá la misma anchura y estará abierto al cielo menos en su tramo central que contará con una bóveda acristalada.

Los servicios técnicos municipales detectaron esta deficiencia que incumplía el artículo 4 del Plan Especial del Río Manzanares que obligaba a trazar un eje peatonal de 12 metros de anchura mínima por el centro del edificio. En el proyecto original de la empresa LSGIE, este tramo de calle formaba parte de la arquitectura del propio centro, con cubierta ciega, menos anchura de la prevista y ocupado por escaleras mecánicas y terrazas de los futuros locales.

El proyecto inicial también incumplía la superficie de edificación de las plantas superiores que no debía superar el 35% de la ocupación de la planta baja con el fin de facilitar la comunicación entre las dos unidades del centro.

Fachadas diferentes adaptadas al paisaje de cada escenario

Modificado el proyecto del centro comercial de Madrid Río
El grupo de trabajo del Ayuntamiento de Madrid, formado por técnicos de las áreas de gobierno de Desarrollo Urbano Sostenible y Cultura y de la Junta Municipal de Usera, transmitió a la propiedad del solar que el edificio no debía suponer un elemento de distorsión entre Madrid Río, Matadero y el paisaje urbano del distrito. Con estas premisas, se acordó modificar el volumen constructivo para adaptarlo a la escala del barrio de Moscardó donde se levantará.

Las fachadas serán diferentes ya que se asoman a dos realidades urbanas distintas: las plantas bajas y zócalos comerciales serán más transparentes y las altas se destinarán a negocios de hostelería que funcionarán como miradores debido la ubicación del edificio. La fachada de Madrid Río tendrá un diseño más adaptado al ambiente natural del parque, con la presencia de vegetación, mientras que la fachada de Antonio López tendrá locales abiertos a la calle para favorecer la relación del comercio con el espacio público.

La tercera fachada, con vista a la calle de Eugenio Caxés, tendrá un tratamiento distinto pensado en el pequeño parque previsto en el lugar. Finalmente, el eje peatonal de la calle de Matilde Gayo funcionará como espacio de tránsito entre la ciudad y el río con una anchura de 16 metros (a diferencia de los 12 previstos en el proyecto inicial) para huir de la sensación de cañón o tubo. Además, un enorme lucernario en la parte cerrada deja pasar la luz consiguiendo un espacio abierto, transparente y peatonal.

También se ha situado una cubierta vegetal con actividad hostelera para aprovechar las ventajas como mirador de la ciudad que ofrece el edificio.

El Partido Popular dio luz verde al Plan Especial para sacar adelante el proyecto en el pasado pleno del 28 de abril. Semanas más tarde, la empresa propietaria del suelo presentó al Ayuntamiento la Declaración Responsable para la construcción de un centro comercial de 40.000 metros cuadrados que rompía con la estética del barrio, creando un muro entre el parque del Manzanares y el distrito de Usera. El proyecto inicial no contemplaba la apertura de la Calle Matilde Gayo, ni la ampliación de metros.

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