lunes, 23 de junio de 2025

Lo que cubren los seguros de hogar y qué hacer cuando no lo hacen

 Los seguros de hogar son una herramienta esencial para proteger una vivienda frente a imprevistos como daños por agua, incendios, robos o averías eléctricas. No obstante, a pesar de su utilidad, muchos se encuentran con la sorpresa de que ciertas reparaciones no están incluidas dentro de la póliza o se consideran fuera de cobertura por parte de la aseguradora. Por ello, es preciso que comprendas qué cubre tu seguro y, sobre todo, qué soluciones existen cuando no responde; así, mantendrás tu tranquilidad.

Coberturas más comunes en un seguro de hogar

En líneas generales, los seguros de hogar cubren tanto el continente (la estructura del inmueble) como el contenido (los objetos personales y mobiliario). Entre las coberturas más habituales se encuentran los daños por agua causados por tuberías rotas, goteras o filtraciones accidentales. También suelen cubrir incendios, explosiones, daños eléctricos, fenómenos atmosféricos extremos y robos con violencia o fuerza.

Asimismo, es frecuente que incluyan responsabilidad civil, lo cual cubre los daños que el asegurado pueda causar a terceros. Por ejemplo, si una fuga de agua afecta al vecino, el seguro debería responder. Aparte, muchos seguros incluyen asistencia en el hogar para emergencias urgentes, como el envío de un fontanero o electricista en caso de averías graves.

¿Qué no cubren los seguros de hogar?

A pesar de lo dicho en el punto anterior, no todas las situaciones están cubiertas. Uno de los problemas más comunes es que muchas pólizas excluyen los daños causados por falta de mantenimiento o uso indebido. Por ejemplo, una fuga de agua originada por un grifo oxidado o una caldera que no se ha revisado en años, puede quedar fuera de cobertura por considerarse negligencia del propietario.

Igualmente, hay seguros que no cubren pequeñas reparaciones de albañilería, carpintería o instalaciones eléctricas que no se consideren urgencias. En estos casos, te enfrentas a la negativa de la compañía, generando una situación incómoda en la que necesita una solución inmediata sin poder contar con su póliza.

¿Cómo actuar cuando el seguro no cubre la reparación?

Ante esta situación, lo más importante es actuar de forma rápida y eficaz. Lo primero es contactar con un profesional que pueda evaluar el problema, dar un presupuesto ajustado y, sobre todo, resolver la avería con garantías. Aquí es donde entra en juego el valor de contar con técnicos de confianza y experiencia comprobada.

Encima, muchas reparaciones no cubiertas por el seguro requieren una intervención urgente para evitar que el daño empeore. Una puerta que no cierra, una persiana rota, una instalación eléctrica inestable o una cisterna que pierde agua constantemente pueden parecer problemas menores, pero si no se resuelven a tiempo pueden causar complicaciones mayores.

Profesionales de confianza como solución

En este contexto, contar con un servicio como el de Manitas en Madrid es una solución directa y efectiva. Estos profesionales están preparados para realizar una amplia gama de reparaciones domésticas, desde cambios de grifería y arreglos de enchufes hasta trabajos de pintura, fontanería o montaje de muebles. La empresa provee un servicio ágil y de calidad, perfecto cuando el seguro no responde o cuando se requiere una intervención rápida y económica.

Adicionalmente, la ventaja de trabajar con manitas profesionales es que no solo solucionan el problema puntual, sino que previenen futuros fallos mediante revisiones o recomendaciones prácticas, lo que a largo plazo reduce el número de averías y mantiene la vivienda en óptimas condiciones.

Recomendaciones para evitar sorpresas con tu seguro

Es importante leer la letra pequeña, conocer los límites de cobertura, los períodos de carencia y los supuestos de exclusión. En caso de duda, lo mejor es consultar directamente con la compañía aseguradora o con un mediador especializado.

Otro punto clave es hacer un mantenimiento periódico del hogar. Muchas de las exclusiones se justifican por falta de mantenimiento, por lo que revisar periódicamente las instalaciones eléctricas, de fontanería, calderas y electrodomésticos es una inversión que evita problemas mayores. Llevar un control del estado general del inmueble también agiliza futuras reclamaciones al seguro.

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