Los niveles en aire de cupresáceas llegan a 1.000 granos cuando lo normal son 50
María Isabel Serrano. ABC Madrid
Las personas alérgicas han notado, estos últimos días, una serie de molestias como picores de nariz, tos y ojos enrojecidos. No es casualidad y tiene su explicación. Fuera de lo habitual para estas fechas, los niveles de pólenes de cupresáceas (arizónicas y cipreses) se han disparado y se han multiplicado por veinte: entre el jueves y el viernes pasados llegaron a registrarse 1.000 granos por metro cúbico de aire cuando lo normal son 50 granos.
«Esto, a los alergólogos, no nos pilla por sorpresa», ha manifestado a ABC Javier Subiza, coordinador del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología. «En todo lo que está ocurriendo tiene mucho que ver el cambio climático porque produce alteraciones muy extremas. Ahora hay muchos “veranillos locos”. Hasta hace poco sólo teníamos el de San Miguel. Así de claro», añade Subiza.
Según explica el alergólogo, este invierno ha tenido fases y momentos muy fríos. También ha sido muy caudaloso por la gran cantidad de lluvia caída. «Y de pronto —comenta— suben las temperaturas. Desde el pasado jueves hemos notado una importante subida de los índices de pólenes de cupresáceas, que se han disparado». No en balde, como indicábamos, los pólenes de arizónicas y cipreses han llegado a los mil granos por metro cúbico de aire, algo inimaginable hace años.