
El Ayuntamiento ha trabajado intensamente desde hace más de un año en este proyecto, codo con codo con las administraciones central y autonómica, para que este proyecto salga adelante. Un proyecto en el que está previsto una inversión de unos 6.000 millones de euros, la vertebración urbana de 3,1 millones de m2 y que supondrá la transformación del norte de Madrid con la prolongación en 3,7 kilómetros del Paseo de la Castellana, la modernización de una zona de más de 3 millones de metros cuadrados y la creación de 121.000 puestos de trabajo.
Desde el actual gobierno de la ciudad, se considera que este proyecto es una oportunidad que Madrid "no debe ni puede dejar pasar", no sólo porque supone una oportunidad de creación de empleo, sino porque estamos ante una iniciativa clave para afianzar la recuperación económica, y porque abre nuevas expectativas para la competitividad de la ciudad.
Desde el Gobierno municipal se considera que era un deber impulsar el desarrollo de un ámbito actualmente degradado e inconexo, situado en una de las zonas más estratégicas y con mayor proyección de la ciudad, con el objetivo de convertirlo en una nueva área de centralidad y un foco de nuevas actividades sociales y económicas.



