Las páginas seguras se reconocen porque su URL empieza por ‘https://’ y porque muestran un pequeño candado. Haciendo doble clic en él, aparece un certificado digital con los datos identificativos de la empresa, lo que indica que la web no es una falsificación.
Consumo advierte, además, de que las compras ‘on line’ entre particulares no están reguladas a través de la normativa que defiende a los consumidores, pues solo contempla los problemas de consumo entre una empresa y un particular. Por lo tanto, si existe un problema ante una compra virtual entre particulares, la única opción es acudir a los tribunales de justicia. Solamente en el caso de que la compra se haya realizado a través de una empresa intermediaria (páginas de compra venta de artículos de segunda mano, por ejemplo), se podría reclamar ante Consumo si se incumple la transacción habiéndose realizado el pago.
El Portal del Consumidor amplía en un reportaje especial las claves para realizar transacciones por internet con tranquilidad y explica también cómo garantizar un pago más seguro, qué derechos amparan al consumidor en este terreno y cómo reclamar en caso de problemas.
Yo casi siempre compro en españolas porque contactar con ellas es más facil
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